Coincidiendo con la semana en la que se ha celebrado el Día de la Mujer trabajadora, se estrena en las salas de cine este emocionante drama que denuncia la ablación (mutilación genital femenina). Un relato que nos recuerda que, en el Tercer Mundo (fundamentalmente en países musulmanes), ser mujer es toda una desgracia por cuanto supone ser considerada como un ciudadano de segunda categoría.

Flor del desierto, traducción del somalí Waris (el nombre de la protagonista), es un biopic (una biografía en imágenes) de Waris Dirie,  que pasó (en un lapso de 6 años) de vivir en el seno de una familia de pastores nómadas en el desierto de Somalia a convertirse en una de las top-models más famosas del mundo. Pero ese aparente cuento de hadas llevaba tras de sí una historia llena de coraje pero también de tragedia y sufrimiento. Con trece años Waris tuvo que abandonar su hogar huyendo de una boda concertada por su padre con un anciano; en Londres vivió en la calle, comió basura, fue criada y camarera antes de ser descubierta por un reconocido fotógrafo (Terence Donovan) quien, cautivado por su extraordinaria belleza, la catapultó a la fama y a las pasarelas

Basada en un auténtico best seller, escrito por la propia Waris Dirie, Flor del desierto se ve de un tirón porque pocas personas han tenido una vida tan cinematográfica y con giros tan vertiginosos como esta somalí. Una mujer que, en la cumbre del éxito profesional, decidió convertir su existencia en una lucha sin cuartel contra la ablación (de la que ella misma había sido víctima) creando una fundación que combate esa práctica tan inhumana que mutila diariamente a 8.000 niñas en todo el mundo y causa la muerte a miles de niñas y mujeres.

Todo resulta impresionante en esta película: la belleza de África, el poder de la amistad capaz de ayudar a superar todo tipo de dificultades, el tesón por salir adelante sin olvidar los orígenes. Flor del desierto conciencia, produce sentimientos de compasión (cuando se nos describe con todo tipo de detalles la bestilialidad que supone la operación de la ablación) e, irremediablemente, nos solidariza con esas pobres mujeres que no tienen tanta suerte como las que vivimos en una parte del mundo donde pertenecer al sexo femenino no supone ser tratada como un ser ni inferior ni impuro.

Para: Los que quieran contemplar un magnífico drama de denuncia que plantea la lucha contra un problema real que afecta a mujeres, no tontunas promovidas por el Ministerio de Igualdad español