Contra Florentino Pérez (¡Oh capitán, mi capitán!) tengo dos quejas: la primera es que se ha cargado al madridismo, al convertir al equipo de fútbol con mejor historial del planeta en un banco de compra y venta de estrellas. La segunda es que no es un empresario sino un financiero

Con ello se ha cargado la cantera del Real Madrid -que fue la mejor del mundo- además de financiar a unas vedetes que no representan un buen ejemplo para la juventud. Más bien son antihéroes: los niños deben hacer lo contrario de lo que ellos hacen. Mire usted, don Florentino: un equipo de fútbol no es un banco.

Mi segunda queja contra Pérez es que no se comporta como un empresario sino como un financiero. La diferencia entre ambos biotipos humanos resulta bien sencilla: el empresario produce algo para el bien común (con ánimo de lucro, por supuesto, pero para el bien general). El financiero no produce nada: sólo compra y vende en busca de la plusvalía.

El caso de Fenosa así lo demuestra. Se iba quedar para producir electricidad, hasta que surgió la oportunidad de darle el pase a Gas Natural. Ahora quiere controlar Hochtief, pero sólo para vender activos con los que conseguir otra pieza: Iberdrola. Lo explica mejor que yo Alberto Valverde, en su columna de Capital Madrid, donde él califica a Pérez como un hombre de capital-riesgo, que es un tipo de financiero muy especial y aún más dañino que el financiero habitual: compra endeudado para vender... a costa de desguazar empresas.

Todo sea por el bien común.

Eulogio López

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