Su intervención en Aranjuez cabrea a los afectados. Algunos consideran que el presidente, 62 años, ya no busca un caballero blanco, sino que le open y le echen, para cobrar sus cinco años de salario (que podrían superan los 18 millones de euros). Además, tiene acumulada una pensión que ya supera los 40 millones de euros

Fue en el Centro que el BBVA posee en la localidad madrileña de Aranjuez, el pasado viernes 3. Durante dos días, se reunieron allí todos los jefes de área de negocio del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA). La cosa transcurría con normalidad hasta la intervención del presidente Francisco González (FG), quien con la elegancia que le caracteriza, afirmó que el BBVA es un banco joven y le sobran, así como suena, todos aquellos que hayan cumplido los 50 años. Es decir, que rebajan la edad tipo de prejubilación de 52 a 50. Para todas las categorías, claro, con excepción del presidente, que el pasado 19 de octubre cumplió 62.

Por decir algo, los directores generales José María Abril y Vitalino Nafría tienen 54 y 56 años, y salvo Jaime Guardiola, casi todos los directivos del grupo en Iberoamérica superan los 50. Para FG no es problema que Bruselas esté pidiendo que se termine con las prejubilaciones.

El cabreo entre los presentes fue de los que hacen época, aunque nadie se atrevió a contrariarle en voz alta. Entre los directivos del BBVA, se está llegando a la conclusión de que al presidente del BBVA ha dejado de preocuparle sentir en el cogote el aliento del Santander de Emilio Botín. Según esas mismas fuentes, entre el equipo de gerencia de la entidad existe la convicción de que FG ha dejado de buscar caballeros blancos que le protejan de Botín, del Gobernador del banco de España y del PSOE. A estas alturas, prefiere que le open y le echen, y de esta forma cobrar tanto su pensión (a 31 de diciembre de 2005 ya llevaba acumulados 38 millones de euros) y cinco años de salarios, que podrán superar los 18 millones de euros (en 2005 salió por los 4,1 millones de euros).