Las cifras provienen de la agencia Europa Press que cita fuentes de la propia entidad. En 2006, el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) prejubiló a 1.850 trabajadores veteranos, en su obsesión porque nadie, salvo el presidente, que cuenta con 62 años, haya cumplido los 50 abriles (José Ignacio Goirigolzarri, el consejero delegado, cumplirá 53 años el próximo día 4 de febrero : a lo mejor le echa.

Por cierto, no hablamos de Iberoamérica, donde trabaja los dos tercios de la plantilla del BBVA, porque allí es mucho más fácil echar a la gente a la calle, sin necesidad de pagarla el sueldo hasta los 65 años por no hacer nada.

Pero lo mejor de la noticia es que, durante ese mismo ejercicio 2006, el BBVA sustituyó a esos veranos a quien tiene en sus manos hasta los 65 años de edad- por 2.100 nuevos empleados, jóvenes que en un 80% poseen título universitario, un 60% mujeres y un 40% hombres. Naturalmente, son jóvenes sobradamente preparados a los que se le pagará (según los cálculos sindicales) la mitad de los que se marchan, con mayor porcentaje de retribución variable, según objetivos, no sindicalizados y dispuestos a trabajar muchas más horas que los veteranos, sin rechistar.

Las prejubilaciones no benefician ni al servicio que da la entidad los nuevos trabajadores tienen que formarse y asumir la cultura de la casa- a los clientes, ni a los trabajadores que cobran menos por trabajar más, ni a los prejubilados, que no pueden trabajar en ninguna otra cosa sin permiso del banco ni a los accionistas, porque encarecen los costes laborales y, por tanto, reduce le dividendo. Eso sí, benefician al presidente y la equipo directivo, pues precariza el empleo, des-sindicaliza la empresa y se quedan con una plantilla absolutamente dócil y sumisa, con contratos temporales, sin complementos de pensiones y con mucho miedo al despido, despido que, por barato, puede ejecutarse en cualquier momento. Por ejemplo, en el momento en que alguien se niegue a aceptar le traslado o el nuevo horario que le propone la dirección.

Quizás por ello, FG no ha dudado en continuar prejubilando, a pesar de que ya no puede cargar el coste con cargo a reservas sino al beneficio : es decir, perjudica la accionista peor no mucho a sí mismo, dado que el grueso de los ingreso que FG recibe del banco no viene vía dividendo, sino vía salario, complemento de pensiones (ya desaparecido de la banca) y blindajes por si un aquel. Sólo en pensiones, FG ya acumular más de 40 millones de euros.

Pero todo sea por la modernización, el rejuvenecimiento de la entidad y la incorporación de la mujer al puesto de trabajo No lo olviden: de los nuevos empleos, los JASP, con título universitario, aunque con sueldos poco universitarios, el 60% son mujeres.