La deuda aprieta a Sacyr y a ACS, un cociente especialmente relevante cuando la Administración está pagando a 220 días

Con la deuda de ACS no se entiende la promesa de Florentino Pérez de adquirir el 20% de Iberdrola. Su deuda neta es de 8.982 millones de euros y y ya no puede consolidar Fenosa. Las cifras demuestran que las constructoras deben abandonar el sector energético, que han dejado como un páramo, y volver a las infraestructuras.

Si se contempla el cuadro adjunto, nos encontramos con un sector, el constructor, con muchos interrogantes. Las cifras corresponden al primer trimestre del ejercicio, y de entre los seis grandes grupos de infraestructuras la mayor rentabilidad del negocio típico (ebitda/facturación) se la lleva Ferrovial, que supera el 29%, seguida de ACS, con un 14,6 y de Acciona y OHL (14%), con FCC (11) y Sacyr (9) en la cola de la clasificación.

El problema de la familia Del Pino sigue siendo BAA; el operador de aeropuertos británico que le trae por la calle de la amargura.

En un sector tan apalancado la deuda es una de las partidas esenciales. Máxime cuando el Estado, el gran moroso continúa pagando con una media de 220 días. No sólo eso, el hecho de que muchos constructores se hayan metido en aventuras energéticas, condiciona ahora mismo todo el sector. Así, a la deuda neta le quitamos la ligada a proyectos, nos encontramos con que SyV encabezaba la clasificación. La empresa de Luis del Rivero tiene 8.147 millones de euros de deuda con recursos al accionista mientras Florentino Pérez consigue reducir fuertemente su deuda tras vender Fenosa.

En el caso de ACS resulta especialmente relevante la deuda, por cuanto su presidente, Florentino Pérez ha enviado un hecho relevante a la CNMV en el que asegura que se dispone a dar el salto hasta el 20% de Iberdrola (capitalización actual de la eléctrica se eleva a 30.000 millones de euros. Un 20% supone, por tanto, 6.000 millones de euros. Para una sociedad que posee -con deuda- un 7,2% de las acciones, que no puede vender por hallarse en minusvalías, y que está financiando un 5,2% en derivados, un nuevo esfuerzo podría resultar dañino. Además, ahora ya no puede consolidar Fenosa.

Por otra parte, Pérez ha vendido Fenosa pero no consigue vender otros activos puestos a la venta como Urbaser, el gestor de puertos, o la misma Cobra. Todos venden, nadie compra, y lo mejor, mientras salimos del túnel, es marcharse.

En cualquier caso, la constructora parece abocada a cambiar de modelo de negocio, abandonar el sector energético, que han dejado como un páramo y donde no han hecho otra cosa que especular y volver a lo suyo: las infraestructuras, que es de lo que entienden.