Ser presidente de la CEOE es una vocación y un orgullo

 

Se acabó el caso Díaz Ferrán. Al menos ese ha sido el objetivo de la asamblea celebrada este martes, abierta a la prensa. Un tedio fenomenal. Díaz Ferrán ha asegurado que siempre ha actuado completamente independiente de sus empresas, que ha transmitido con fidelidad los mensajes de la junta directiva y que es un honor y una vocación ser presidente y representante de la patronal española.

En cuanto a sus empresas, considera que se ha magnificado el caso por ser presidente de la CEOE. Añade que ya no es propietario de esas empresas. Vamos que se lava las manos. Se siente mucho más libre.

Por lo demás, ha reiterado en varias ocasiones su felicitación a Jesús Terciado que pasará a ser miembro nato de la junta directiva de la CEOE. A Bárcenas tan sólo le ha deseado lo mejor en el futuro.

Tras la autoloa, el tedio de las cuentas y de la memoria. Pasamos al turno de preguntas. Puede que la cosa se anime. Pero no se anima. Tan sólo interviene José Antonio Segurado para sugerir que haya un mayor ajuste de costes en la CEOE para predicar con el ejemplo. Ferrán dice que toma nota. ¿Más preguntas? No hay más preguntas. Se cierra la sesión... y el 'caso Díaz Ferrán'. Al menos, de momento.

Andrés Velázquez

andres@hispanidad.com