En nuestra información del pasado 15 de enero, señalábamos que probablemente fuera el jefe de servicio de Ginecología del madrileño hospital de La Paz, Eduardo Cabrillo, quien hubiera autorizado el aborto realizado el pasado 23 de diciembre en la Paz. No era cierto. En primer lugar porque el Dr. Cabrillo lleva en excedencia 8 meses. Y en segundo lugar, porque el Dr. Cabrillo es un médico provida, que ni ha practicado ni ha autorizado aborto provocado alguno. Tampoco los abortos químicos derivados de la píldora del día después que jamás ha dispensado.

Es más, Cabrillo fue el médico que consiguió que el hospital de La Paz se convirtiera en hospital objetor tras la etapa del Dr Sixto Pereda, actualmente en el hospital de Alcalá de Henares. Fue quien consiguió que no se volvieran a hacer abortos en el simbólico hospital madrileño. Aclarado.

Quien sí firmó el aborto del 23 de diciembre fue el actual jefe de Ginecología y Obstetricia, Juan Ordás, un profesional de menores convicciones que Cabrillo y que podría estar dispuesto a colocarse la medalla de que él ha sido quien ha desbloqueado el problema ante las autoridades sanitarias de la Comunidad de Madrid, gobernada por el PP. Lo firmó, pero no lo practicó. Fueron dos médicos los que realizaron el aborto de una mujer aquejada de plaquetopenia, tal y como hemos informado (aconsejamos lectura de la carta que nos remite hoy una lectora). Dos médicos de la plantilla, aunque quizás recién incorporados para tan matarife trabajo.

Lo que sí podemos corroborar, es que el asunto no está siendo nada pacífico en La Paz (valga la redundancia) y que el citado aborto despertó una verdadera revolución entre médicos y enfermeras: nadie quería colaborar con semejante práctica, porque como hemos informado- el personal médico se comprometió mediante el juramento hipocrático a salvar vidas no a matarlas.

El debate sigue caliente porque este 19 de enero está programado un nuevo aborto en el hospital madrileño y el personal teme que la Paz se vuelva a convertir de nuevo en un centro abortista de la mano del Dr Ordás. Los médicos y enfermeras ya han hecho llegar su malestar por esta decisión, así que si el jefe de Ginecología y Obstetricia se obstina en su intento, se va a encontrar con el personal de cara.