• Está dispuesta a bajar del 90% al 51% en la instrumental y con ello financiar una ampliación de capital en FCC.
  • Y de esta forma, desactivaría el peligro de los 1.350 millones de euros no retribuidos que vencen en tres años.
  • Se buscan inversores financieros, del perfil de Bill Gates, George Soros o fondos.
  • El objetivo último de Esther Koplowitz es el 51% de B-1998 y el 51% de FCC.
  • Caixabank tendrá un vocal en el consejo de FCC.
  • Con la entrada del Grupo Caixa, Koplowitz ha terminado con el problema de los minoritarios de Aguinaga. Lo de Bodegas Faustino no es un problema de deuda, sino de enfrentamiento familiar.

El pasado viernes Citibank adquiría un 5% de la sociedad instrumental B-1998, propiedad de Esther Koplowitz (en la imagen) en un 90% y cuyo activo es el 51% de la constructora FCC. De esa forma, el Grupo Caixa pasa a tener el 2,5% del capital de FCC y un vocal en el consejo de administración de la empresa de servicios y construcción que preside Esther Alcocer Koplowitz.

Caixa compra a la familia Aguinaga, que quería salir porque estaba apalancada. Queda otro 5% en manos de la familia propietaria de Bodegas Faustino. Aquí no hay problema de deuda pero sí de enfrentamiento familiar tras el segundo matrimonio del paterfamilias, no muy bien acogido por sus hijos.

En cualquier caso, la entrada de Caixa en B-1998 sólo es el comienzo. Tras la salida de Aguinaga se abre el camino a la entrada de nuevos socios. No se buscan socios industriales, sino financieros, del perfil de los recién entrados Bill Gates o George Soros.

Hay que tener en cuenta que Esther Koplowitz ha afrontado dos refinanciaciones: la suya propia y la de su empresa, FCC. Ésta última, por un montante de 4.500 millones de euros, se ha hecho en dos fases: la primera convencional, la segunda -1.350 millones de euros no retribuidos, vehiculada mediante instrumentos convertibles- es la clave del control de Esther Koplowitz sobre su entramado.

Así, Koplowitz está dispuesta a reducir su participación en B-1998 desde el 90% al 51%. Con el dinero obtenido puede reducir su propia deuda o financiar una ampliación de capital de FCC sin diluir su participación del 51%. Y ésta es la opción preferida, financiar una ampliación de capital para neutralizar esos convertibles 1.350 millones de euros (que pueden colocarse en forma de subasta, según el acuerdo con la banca acreedora). En otras palabras, el objetivo final de la primera accionista y propietaria de FCC consiste en quedarse con un 51% de B-1998, a su vez propietaria del 51% de FCC.

Recuerden que mientras la conversión del paquete de deuda no retribuido siga en vigor tendrá prelación en el pago de dividendo.

Koplowitz busca inversores financieros, no industriales, del tipo Bill Gates o George Soros, que buscan rentabilidad y no control.

Porque lo que está claro es que Esther Koplowitz pretende mantener la empresa que heredó de su padre, Ernesto Koplowitz. Y el control más claro se llama 51%.

Por cierto, dentro del capítulo de ventas para achicar deudas se puede adelantar que Portland Valderribas no está en venta total, pero sí parcial, o de intercambios de activos. La que fuera joya de la corona, luego hundida tras la desastrosa compra de Uniland y la crisis del sector cemento, ya está saneada y puede resultar apetitosa a poco que repunte la construcción.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com