• Ahora bien, todavía hay que ponerle cifras a la refinanciación: saber qué porcentaje del capital de FCC va a perder la empresaria y si se verá obligada, además, a vender activos.
  • Por el momento, Koplowitz no ha encontrado socios que sustituyan a George Soros y al fondo Guggenheim.
  • Faustino y Caixabank cambiarán su 5% de B-1998 por un 2,5% de FCC, lo  cual dificulta aún más la renegociación de la deuda de la instrumental, que posee un 50,01% de la constructora.
  • Eso sí, con una diferencia: la familia Martínez Zabala venderá su 2,5% de FCC de inmediato, mientras Caixabank se tomará su tiempo para no asfixiar a Esther Koplowitz.
  • Al final, la banca, capitaneada por el BBVA, optará por una refinanciación de la deuda de B-1998 a cambio de venta de activos... y de que Koplowitz se diluya en FCC. 
  • Pero con ello, complica la operación clave: la ampliación de capital de FCC, tan necesaria como poco aconsejable en términos de valor.
  • Esther Koplowitz está dispuesta incluso a bajar del 30% en la constructora pero su peor tentación era seguir el camino de su hermana Alicia y convertirse en rentista. Tentación vencida... a la espera del cierre de la negociación.

Todas las miradas estaban puestas en B-1998, la sociedad instrumental con la que Esther Koplowitz (en la imagen), controla el 50,01% de la constructora FCC. Pues bien, la empresaria ha llegado a un preacuerdo con los bancos acreedores de esa sociedad, pero el desenlace de la operación depende todavía de las cifras que se pongan a esa refinanciación, una condición importante. En otras palabras, todo está pendiente -y es eso precisamente lo que se trata de saber- de qué porcentaje perdería Koplowitz en el capital de FCC y si se verá obligada, además, a vender activos. Por el momento, no ha encontrado socios que sustituyan a George Soros y al fondo americano Guggenheim, que han chocado con los bancos al exigir una quita de la deuda. Era su condición para seguir como accionista, pero los bancos dijeron que no, que de quita, nada.

Por partes. B-1998 debe cerca 1.000 millones de euros a la banca, capitaneada por el BBVA, que ha suavizado la presión en los últimos días. Además, los dos minoritarios -Bodegas Faustino, familia Martínez Zabala y Caixabank-, con un 5% cada uno, se lo han puesto muy difícil: quieren marcharse de la sociedad instrumental con la que Koplowitz controla FCC, según lo pactado: cambiarían su 5% de B-1998 por un 2,5% de FCC. Algo que aún dificulta más la operación clave que es la ampliación de capital de FCC.

Hay una diferencia. Mientras, Martínez Zabala anuncia que tomará el 2,5% de FCC y lo venderá en 24 horas, Caixabank ha asegurado a Esther Koplowitz que esperará para no perjudicar la futura ampliación de FCC. Lógico, ahora el pulso radica en ver qué parte del capital de FCC salvará Esther Koplowitz tras la ampliación. Desde luego, no podrá jugar con los derechos de suscripción del 5% que tomarán Faustino y Caixabank.

Y luego está la banca acreedora de B-1998, con la que se ha llegado a un preacuerdo. Los términos del mismo pueden obligar a Koplowitz a vender más participación en el peor momento: con ampliación de capital y con una cotización a la baja. La banca exige, además, a Koplowitz que venda activos, pero este es el peor momento para vender activos. Y nada de capitalizar deuda. Bankia aduce que no puede hacerlo pues está inmersa todavía en el proceso de la Troika, que le prohíbe adquirir activos (es una media verdad, pero...) y BBVA se niega a seguir el espíritu de la Ley Guindos sobre concurso de acreedores: no liquidar empresa sino capitalizar deuda.

Conclusión. Los bancos se los estaban poniendo realmente duro a Esther Koplowitz pero al final se ha llegado a un preacuerdo. Insisto en el 'pre', porque aún faltan las cifras, el coste. La empresaria ya ha asumido que puede pasar a ser la propietaria de menos del 30% de FCC… Pero además, un poco harta, siente la tentación de seguir los pasos de su hermana Alicia y dedicarse a vivir de las rentas. Una tentación, vender la compañía, que ha sabido resistir durante 15 años. Y es una venta apetecible, pues se trata de la empresa líder en uno de los pocos sectores que ha seguido funcionando durante la crisis: los servicios. De hecho, los problemas de FCC no han venido por ahí.

Al final, Esther Koplowitz no ha caído en la tentación. Seguirá siendo la propietaria de FCC, sólo que ya no con un 50%... y a lo peor ni con un 30%. Todo depende de las condiciones de la ampliación de FCC, maximo si finalmente cae en la tentación de vender y pasar a la condición de rentista. No sería bueno, salvo que viniera otro menos partidario de mantener la dimensión, estructura y plantilla de la empresa, que es lo que ha hecho Esther Koplowitz, después de ver lo que pudo crear sus su padre, Ernesto Koplowitz. En cualquier caso, tentación resistida y preacuerdo logrado. Eso sí, ahora hay que ver la letra menuda y el porcentaje con el que se queda Esther Koplowitz. 

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com