La venden como el nuevo cine argentino pero el último largometraje de Pedro Trapero contiene una imagen desalentadora de la familia, al igual que sucede en muchas producciones españolas

 

El arranque de la película nos muestra a Emilia, una abuela de 84 años que decide viajar con toda su familia, al otro lado del continente, para asistir a la boda de un pariente. El medio de transporte elegido para esa aventura es una caravana o, como se diría en Argentina, una casa rodante. Lo que, presumiblemente, quiere ser un retrato de la convivencia entre varias generaciones de una misma familia pronto se transforma en un conjunto de situaciones amorales, en un pequeño zoo humano, en el que todo es posible. Desde la promiscuidad entre adolescentes, hasta el intento de adulterio por parte de uno de los maridoscon su cuñada.

 

Amor, unión, compresión y todos esos sentimientos que hacen que la familia sea el núcleo más importante de la sociedad se diluyen en esta historia sin gracia del cineasta Pedro Trapero (Mundo grua)

 

Lo asombroso es que este profesional afirma que estas relaciones humanas tan encomiables están basadas en experiencias familiares o muy cercanas

Sr. Trapero, si yo tuviese una familia así, una de dos: la escondería o, si fuese moderna, me desligaría de ella.