Que desaparezca el libro de familia no sería grave si no fuera -y lo es- un paso más para marginar a la familia, con la sana intención final de dinamitarla.

Zapatero ya no es candidato del PSOE aunque ayer, un muy veterano socialista, me contaba que los felipistas sospechan que el muy sincero señor presidente esté provocando el caos interno en el partido para, a la postre, que ni Rubalcaba ni Chacón se alcen con la primacía y ser, de nuevo, llamado a filas.

En cualquier caso, ZP ha abandonado la candidatura pero no su deseo de fastidiar a la Iglesia, a la familia y a la vida.

Así, desaparece el libro de familia y se crea un número personal para cada recién nacido, número que más adelante se convertirá en el Documento Nacional de Identidad. Está bien pensado porque los progres quieren terminar con la familia, esa célula de resistencia a la opresión, por tener bien controlado al individuo desde su nacimiento hasta su fallecimiento. Detalle éste utilísimo para poder cobrarle impuestos o imponerle multas y sanciones.

Y es que los progres están con la libertad pero no con el libertinaje, si ustedes me entienden.

¿Que por qué la familia es una célula libertaria? Pues muy sencillo: es el único ámbito en la que a cada individuo se le valora por lo que es, no por lo que aporta. De puertas afuera del hogar, todo es mercado y contraprestación.

Eulogio López
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