Sr. Director:
He conocido hoy que el Gobierno prepara una reforma del Código Civil que conllevará la desaparición del Libro de Familia, sustituido por una ficha personal única.

 

Caamaño ha explicado que el nuevo registro será de personas y no de hechos. Con los problemas que tiene la Justicia para resolver miles o millones de asuntos pendientes, la falta de conexión entre los distintos órganos y/o instancias judiciales, ya era hora de que incorporase las nuevas tecnologías pero, ¡qué curioso! lo hace comenzando por la familia; sustituir el anacrónico Libro de Familia por un fichero de personas es -a mi parecer- una forma más de desdibujar, de desintegrar el hecho de la unidad familiar. ¿La informática no tiene recursos para conciliar ambas cosas? Y es que el Gobierno tiene una idea fija: hacer desaparecer la familia tal como se la viene conociendo desde que el mundo es mundo.

Hablando de la especie humana, familia, sin más, todo el mundo sabe que es la formada por el matrimonio de un hombre y una mujer y los hijos habidos de tal unión, más, ocasionalmente, los ascendientes y/o colaterales de ambos. Cuando un pensamiento, palabra u obra se plasma o realiza de forma magistral, se le califica como de libro.

Eso es la familia de siempre, una familia de libro. Esta institución es la primera y principal sobre la que se funda una sociedad equilibrada, que propicia el Estado de Derecho. Cualquier intento de destruirla atenta contra aquél. Y creo que va por ahí el arrancar las hojas del libro para distribuirlas alfabéticamente en un fichero electrónico. 

Amparo Tos Boix