Sr. Director:
Error mayúsculo el no empezar en mayúsculas pero mayor equivocación el corregir en mayúsculas la omisión del acento.

 

La tanta tonta tinta roja que circundaba sonrojando el error enfrentándole hacia su corrección, se ha convertido en un adorno necesario para mostrar el signo identificativo y esencial de la lengua madre en lugares de adopción. Mientras tanto, tontos tentadores tienden tentáculos a hambrientos captadores de sopas de letras que buscan, como casi siempre, defectos en la norma canoneando la falta por falta de respeto y obligando al traductor incluso a inventar lo traducido. Parece que el bolígrafo de la pasión se ha convertido en rotulador de rótulos que con sus correcciones sobre faltas de ortografía, muy bien escritas, rompen la excepción confirmando que hay otras reglas.

Si el locutorio de Mohamed se llama Alabinbonbaba y el bazar de Li you Chinpointpower no es falta de ortografía ni de respeto, es simplemente libertad identificativa. Multa para quienes sin ser maestros corrigen sin conocimiento. Aprendan del error y no copien

Óscar Molero Espinosa