Con la desfachatez que le caracteriza, el juez convierte una reprimenda en un nuevo favor al PSOE

 

La Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional regaña a Baltasar Garzón por su actitud, más bien tirando a tibia, en el caso Faisán, el casi más que presunto chivatazo gubernamental a proetarras antes de ser detenidos.

Al parecer Garzón no hizo bien sus deberes, pero el juez ha aprovechado para acelerar los interrogatorios a los policías asimismo presuntamente implicados.

¿Quiere esto decir que el juez estrella se ha arrepentido de su también presunta negligencia? Ni mucho menos, lo que quiere es hacerle lo que probablemente sea el último favor al PSOE y Rubalcaba. Si es él quien interroga, todavía no todo está perdido. Porque el caso Faisán podría derribar a todo el Gobierno. Un Ejecutivo inmerso en una negociación con la banda terrorista, cuyos policías ayudan a los proetarras resulta demasiado fuerte.  

Pero lo demás, el PSOE busca desesperadamente un juez próximo a sus planteamientos que retome el caso. Por turno, le tocaría a Santiago Pedraz, conocido en la Audiencia Nacional como Kent, el marido de la Barbie.

Eulogio López

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