El miércoles 12 Hispanidad tituló su portada de la siguiente forma: Repsol. Del Rivero se alía con el grupo ESSAR, que comprará acciones de la petrolera. El jueves 13, Expansión titula su portada de esta guisa: El gigante indio Essar negocia entrar en Repsol. Sin citar a Hispanidad, naturalmente.

Y esto es bello e instructivo, al menos por dos razones:

1. Es un plagio como una casa por parte de Expansión (Grupo Unedisa) de una información de Hispanidad, plagio que contradice todas las tesis de los eximios luchadores contra la piratería intelectual que han impuesto la idea de que son los impecunes quienes copian y plagian a los poderosos, en este caso, a los grandes grupos multimedia que componen el oligopolio informativo, vulnerando el copyright y dándose la piratería intelectual. La verdad es que lo que sucede es justamente lo contrario: son los poderosos de la información, las grandes corporaciones, las que violentan los derechos de autor de los pequeños, en este caso, de la prensa independiente de Internet. Cuando el pequeño copia al grande, le cita, cuando el grande copia al pequeño, amplía los datos para evitar citar al pequeño.

Y esto me recuerda lo leído en un blog (medio informativo pequeño).

2. Los dos titulares resultan muy reveladores para demostrar la diferencia entre los lenguajes del periodismo independiente y del periodismo del sistema. Expansión lo explica muy bien, con profusión de datos e infografía anexa. Pero es que lo que importa en la información no son los datos ni los hechos sino su significado. Expansión lo cuenta todo, menos el objetivo de la entrada de los inversores indios en el accionariado: que Luis del Rivero -pretensión muy legítima, pero no por ello ha de ocultarse- quiere acceder a la Presidencia de Repsol y desbancar de la misma a Antonio Brufau. En definitiva, Expansión hace periodismo objetivista -que es el que le gusta al poderoso-. Hispanidad hizo periodismo explicativo -que es el que descubre las vergüenzas del poder-. Ni uno ni otro entramos en opinión, en el juicio de valor, que consistiría en decir si la razón está con Luis del Rivero o con Antonio Brufau, o la tienen los dos.

Lo que nos lleva a la diferencia entre rigor y verdad. La sociedad de la información ha llegado a tal saturación de datos que dos conceptos -verdad y rigor- aparentemente sinónimos se han convertido en antitéticos. Nada oculta mejor la verdad que la profusión de datos, porque entre toda la polvareda siempre se nos pierde don Beltrán. Además, la verdad siempre circula por conductos estrechos, en la selva de la sociedad global de Internet. Encontrarán mucha más fidelidad a la realidad en los confidenciales de Internet que en los grandes periódicos, radios y televisiones. Sencillamente, los grandes tienen muchos más intereses que los pequeños. Precisamente por eso, porque son grandes.

¿Que no es eso lo que usted escucha habitualmente? Claro, como que el poder está con el sistema informativo tradicional, es el oligopolio informativo, y posee mucha más potencia de fuego para hacer más ruido. El oligopolio informativo defiende el máximo rigor para ofrecer la mínima verdad. Y, aparte, el oligopolio informativo no está con el poder: es el poder.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com