Un acuerdo entre 26 de los 27 miembros de la Unión. El Reino Unido no acepta perder soberanía: Cameron protege su 'paraíso fiscal' para preservar el poder de la segunda City del mundo. Toda Europa cede poder a Berlín pero la solidaridad brilla por su ausencia. Habrá homologación de las cuentas públicas y, de forma paulatina, de la fiscalidad, pero no se habla de presupuesto común ni de igualar el nivel de vida. La solidaridad vuelve a brillar por su ausencia en la Unión

La cumbre de Bruselas ha logrado un acuerdo entre 26 países, que no entre 27, dado que el Reino Unido, el menos europeísta de todo el continente, se ha negado a entrar en el nuevo acuerdo intergubernamental que regirá la Unión.

Un acuerdo que habla de decidir el déficit público común y un común régimen sancionador para quien no lo cumpla. Es decir, los miembros se comprometen a una moneda común (donde por ahora hay 17 miembros), un déficit público común, con vistas a una fiscalidad común pero, casualmente, el presupuesto común de la Unión continúa estancado y se mantiene la injusticia -asimetría, si lo prefieren- de un continente sometido a fiscalidad común pero con muy dispares salarios y niveles de renta. La solidaridad vuelve a brillar por su ausencia en la Unión Europea, lo único que importa son los mercados. Dicho de otra forma: la UE de París y Berlín, sobre todo de esta última, no trabaja para los ciudadanos sino para los mercados financieros.

La única voz disonante ha sido la del Reino Unido. Su premier, David Cameron, no pudo ser más claro: "No estamos dispuestos a ceder la soberanía que van a ceder todos esos países", es decir, los 26 de la Unión (más Croacia, que se acaba de incorporar), lo que lleva a Gran Bretaña a situarse aún más en la periferia continental.

Ahora bien, ¿por qué se aleja Londres del nuevo acuerdo intergubernamental? ¿Por la insolidaridad que rezuma el acuerdo? Por supuesto que no. Cameron sabe que una fiscalidad común destrozaría el 'paraíso fiscal' que supone su City financiera, la segunda más importante del mundo tras Wall Street.

Ahora mismo, la principal industria del Reino Unido es la financiera, y no está dispuesto a perderla. ¿Podría llevar esto a la salida de la UE de Europa? Pues todo podría ser.

Caminamos hacia una Unión Europea de los mercaderes, no de la solidaridad: misma moneda, mismos impuestos... pero muy diferentes salarios.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com