Un artefacto estalló en las proximidades del Aeropuerto de Zaragoza, y los equipos de la Guardia Civil desactivaron un tubo, al parecer preparado para ser usado como lanzagranadas. Esta vez, ETA advirtió mediante una llamada al diario Gara. En cualquier caso, no parece que el objetivo fuera provocar víctimas, sino demostrar que aún pueden matar.

Por otra parte, los expertos policiales creen que hay dos corrientes en ETA: la una, partidaria de negociar ahora; la otra, los duros, optan por un gran atentado, con muertos, para poder negociar con más fuerza.