Sr. Director:

 

Como psiquiatra, he realizado una revisión exhaustiva de los estudios científicos nacionales e internacionales acerca de la educación de los hijos en parejas de homosexuales.

El Gobierno actual dice basarse en ellos al afirmar que para un niño es lo mismo criarse en una familia con padre y madre que en una pareja del mismo sexo. Lo cierto es que escasean notablemente las investigaciones en este campo (ver revisiones publicadas en las revistas: Pediatrics 2002 y Marriage Law Project 2001). Todas ellas adolecen de serias limitaciones metodológicas: muestras pequeñas y no aleatorias, carencia o inadecuación de grupos control, ausencia de seguimiento longitudinal prolongado, etc. Por ello, no es posible extraer conclusiones firmes y generalizadas. Lo que sí parece demostrado en numerosas publicaciones científicas de mayor rigor metodológico es que:

1. Las personas homosexuales presentan una mayor vulnerabilidad psicológica y, por tanto, mayor riesgo de padecer trastornos mentales (Arch Gen Psychiatry 1999).

2. Los homosexuales son más promiscuos (AIDS 2003) y la probabilidad de divorcio de estos es un 35% más alta que la de los matrimonios convencionales (estadísticas realizadas en Suecia y Noruega).

Esta claro que, aún en las condiciones más óptimas, no se puede garantizar la felicidad de los hijos. Pero es tarea del Gobierno facilitar la correcta educación y desarrollo psicoafectivo de los niños, el futuro de nuestra sociedad. Actualmente, las evidencias científicas indican que las parejas homosexuales no garantizan el entorno de estabilidad y seguridad adecuado para llevar a cabo esta importante tarea.

Lucía Gallego

lugade@terra.es