Raghuram G. Rajan advierte del peligro de situar el consumo en una parte del mundo y la producción en otra

 

El catedrático de economía de la Escuela de Negocios de Booth (Universidad de Chicago), Raghuram G. Rajan, está de acuerdo en que la crisis ha sido causada en parte por una serie de banqueros avaros con conflictos de intereses. Sin embargo, Rajan, que intervino este martes en el X Encuentro Financiero Internacional de Caja Madrid, se preguntaba por qué la solución no habría sido simplemente sacarles a las calles al amanecer para ejecutarles. Con esta metáfora, Rajan trató de poner el acento en las particularidades de una crisis que se produce en un sistema muy sofisticado y en un sector muy pobre de la población, el que contrató hipotecas basura.

Rajan explicó que en Estados Unidos se estaba generando desde hacía décadas un gran diferencial de ingresos entre los ricos (mejor cualificación) y pobres (no cualificados o peor cualificados). El crecimiento de las desigualdades generó presión sobre los políticos, a los que se exigía que hicieran algo al respecto. Para Rajan, la solución sería mejorar la formación, pero los efectos de esas políticas no son visibles a corto plazo. Así que la respuesta de demócratas y republicanos fue facilitar el acceso al crédito, sobre todo el destinado a vivienda, que es un bien que se revaloriza y permite mejorar el nivel de vida. Con ello se incrementaría también el consumo. De hecho, Clinton llamó a su legislatura El mandato de la vivienda asequible.

Mientras tanto, los países emergentes crecieron a base de exportaciones que llegaban a un Estados Unidos que consumía por encima de sus posibilidades reales. Por eso, los países emergentes se vieron afectados por la crisis en la medida en que lo hicieron los países consumidores.

El problema, según Rajan, es que  se está buscando una salida a la crisis en la que los países emergentes crecen gracias a las exportaciones y las economías del primer mundo recuperan el consumo mediante ayudas públicas: las exportaciones en un lado del mundo y las importaciones en otro. A ello se suma una crisis monetaria en la que la política de Estados Unidos es más agresiva que la europea, con la consecuente victoria en la guerra de divisas.

Para Rajan, a medio plazo debe plantearse un problema no de demanda, sino de consumo interno. Por su parte, las empresas del primer mundo deben pensar en clave de cuántos consumidores y no cuántos consumidores como los que yo tengo. En otras palabras, adaptar la calidad y el precio a las necesidades de los consumidores de los países emergentes con productos en ocasiones con menor valor anadido.

Mariano Tomás

mariano@hispanidad.com