Se decía en el periodismo de los años setenta y ochenta del pasado siglo : el que vale, vale, y que no a Televisión Española. Pero para mí que era envidia: en el corazón presuntamente bohemio de todo periodista, no lo duden, anida un funcionario.

Pero la maldad del sujeto no quita la veracidad del aforismo. En efecto, parece como si los más tontos, estuvieran en televisión. Además, después de la solemne declaración del presidente de Gas Natural, Salvador Gabarró, sobre el semen puesto en la OPA de GN sobre Endesa, España se ha llenado estallidos seminales.

John de Mol es el creador de Endemol, raíz de una buena parte de los bodrios televisivos que en el mundo han sido. Pero tras convertirse, gracias a Telefónica, en uno de los personajes más ricos del Planeta, de Mol sintió que su portentosa creatividad encontraría mejor acomodo fuera de la empresa que lleva su nombre, o al menos su acróstico.

De Mol se ha independizado de Endemol, y la primera obra con la que nos regala en esta su segunda etapa profesional es el programa más polémico de la televisión, en este caso holandesa, aunque supongo que Tele 5 o Polanco estarán deseosos de adquirir los derechos. El primero que dio noticia de ello fue Hispanidad, en el magnífico artículo de Luis Losada (publicado el 25 de agosto) y ahora lo recogen todos. Se trata de un concurso televisivo, siempre necesarios para estimular la libre competencia.

En él, dos lesbianas compiten y seleccionan el mejor semen, o el mejor semental, si ustedes lo prefieren, todo de forma científica y progresista. John de Mol, no cabe duda, nos abre nuevos horizontes, que por algo acabamos de cambiar de siglo.

Quizás lo más sorprendente es que, días después de que Hispanidad hiciera partícipes a los lectores hispanos de la nueva maravilla, la insigne obra fue reseñada en los canales españoles. Por ejemplo, Montserrat Domínguez, directora del informativo matinal de A-3 TV, ya saben, el canal conservador, nos mostrar la obra de Mol y no emitiera el menor juicio. Kant decía que la racionalidad comienza con la capacidad para realizar juicios morales.

Pues bien, en TV se realiza todo tipo e juicios, pero ninguno moral. En revisión se despelleja a todo bicho viviente es decir, no se hacen juicios morales, pero son habituales los juicios inmorales-, pero jamás se criticaría una obra, maestra sin duda, de John de Mol. No tan siquiera una periodista inteligente, como Montse Domínguez. Es que los inteligentes no quieren sindicarse: les pesan mucho los respetos humanos.

Y hablando de A-3 TV, que como creo haber dicho antes es el canal conservador, que todo lo conserva dentro. Otro espacio nos muestra a una joven embarazada dispuesto a conseguir, con el apoyo de José Manuel Lara Hernández y de un equipo de sesudos científicos, saber cuál de sus dos novios, o algo así, es el padre del bebé que lleva en sus entrañas. O sea, cuál fue el semen engendrador, si ustedes me entienden. Y es que hoy los tiempos adelantan que es una barbaridad. ¿Para que está la ciencia si no para saber quién es el padre: si el de la noche loca del viernes o la del desequilibrio hormonal, y estallido seminal, del sábado? Esto, señores, es importante.

Anda, que si la vicepresidenta del Gobierno, doña Teresa Fernández de la Vega, no llega a firmar, medio año atrás, con todos los empresarios de televisión, el Código de Autorregulación o pacto anti-telebasura, sería cuestión de preocuparse.

Y hablando de conservadores, Telemadrid, regida por el Partido Popular, se prepara para emitir Intercambio de eposas, un experimento sociológico formidable: intercambios esposas durante cuatro días. Dos de los días la señora esposa vivirá según las reglas de su nueva familia, y los otros dos según las propias. Va a ser muy emocionante, se supone que ejercerán de esposas todo el tiempo. Izquierda Unida, siempre remisa al progreso, lo ha calificado como un programa sexista y machista (no, no son sinónimos, pero para una más clara distinción deben ustedes acudir a Cristina Almeida), lo cual ha extrañado vivamente a la Dirección del Ente público madrileño. Es más, en un muy serio y formal comunicado, propio de la derecha progresista, Telemadrid afirma que el show muestra una imagen de superación de la mujer en situaciones adversas, y no sexista y machista, como afirman desde Izquierda Unida.

Lo cual es muy cierto. Estos de IU no tienen ni idea. El programa no es machista, es una soplapollez de gran calibre. Y además, ojo al dato, este formato ha sido emitido en cadenas de prestigio como Channel 4, ABC o People & Arts, y ha conseguido numerosos premios como, por ejemplo, la Ninfa de Oro como mejor formato de docu-reality en el Festival de Montecarlo 2004. Es decir, que se demuestra, con pruebas fehacientes, que la idiocia también pude ser galardonada,. De hecho, es lo que más se premia en las cadenas y certámenes más prestigiosos de la TV.

Pero eso sí, queda prohibido emitir juicios morales sobre estallidos seminales. Eso sería puro fascismo.

Eulogio López