Un ciudadano español muere presuntamente a manos de la policía marroquí

 

El silencio que hasta ahora ha mantenido el Ejecutivo debe terminar ante el asesinato de un conciudadano. La actitud del Gobierno no es responsable, sino cobarde.

Las palabras de Jáuregui fueron la primera metedura de pata desde su llegada al Gabinete del Gobierno. Al hablar de que Marruecos podía restringir la entrada de periodistas españoles a su territorio, se dio el primer resbalón. La ministra Jiménez tuvo que intervenir veloz para desautorizar sus palabras, pero sin llegar a condenar en ningún momento lo que sucede en la antigua colonia española.

Cuando al presidente Zapatero se llena continuamente la boca al hablar de responsabilidad, lo que habría que pedirle es que lo fuera en esta ocasión y condenar las actuaciones del Gobierno marroquí en la ciudad saharaui. Pero parece ser, que lo que él entiende por responsabilidad, en verdad es lo que todos entendemos por cobardía.

Es muy fácil mostrarse fuerte ante los débiles (no nacidos, familias,etc), pero no tanto ante los fuertes (Marruecos, Venezuela, ETA). Y eso es lo que está haciendo el presidente. Para evitar problemas, calla y baja la cabeza o da palmadas en la espalda, o paga rescates, pero no quiere conflictos. ¡Haz el amor y no la guerra!

Pero ahora el asunto se ha complicado y habrá que ver si templa gaitas. Un ciudadano español, Baby Hamday Buyema, nacido en El Aayún, ha muerto asesinado presuntamente por fuerzas de seguridad marroquíes. Parece ser que fue obligado a bajar del autobús en el que viajaba y atropellado por un furgón de la policía.

¿Hará algo el Gobierno? Con su política de no confrontación, seguramente no hará nada, a lo sumo una pequeña protesta ante Marruecos, pero el país alauí quizás diga que esa ciudad es parte de su territorio y desde aquí les diremos que es así. En definitiva, que volveremos a ser débiles ante los fuertes. Un nuevo ejemplo de la diplomacia española.

Juan María Piñero

juanmaria@hispanidad.com