Increible pero cierto: el supervisor será más exigente con aquellas entidades que no se hayan bancarizado

 

El objetivo de la reforma de la ley de cajas es básicamente convertir a las cajas en bancos. Todas las SIPs que se constituyan deben de tener una entidad central que obligatoriamente debe de ser un banco. Pero es que además, las entidades que no hayan participado en ninguna reestructuración también podrán constituir un banco al que ceder al menos el 50% de sus activos y actividad. Las cajas quedan apara mantener la OBS y las participaciones industriales.

Todo ello potestativo. Las cajas que no quieran separar su actividad bancaria o que no quieran emitir cuotas participativas con derechos políticos podrán quedarse como están. La advertencia del Gobierno es que el Banco de España modulará la aplicación de las exigencias de Basilea III en función de las posibilidades de acceso a capital. Es decir, aquellas que puedan acceder con más facilidad porque ya son bancos. El Banco de España será menos exigente que las que no se hayan movido. Es decir, el tío Paco con las rebajas.
Dicho de otra forma, que si Basilea III -para entendernos, la comunidad internacional- no golpa con la suficiente intensidad a las cajas de ahorros, el propio Banco de España, que para eso vivimos en un país masoquista.
Y con todo ello, resulta que la propia Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) contempla con buenos ojos su propio suicidio.
Mariano Tomás
mariano@hispanidad.com