Sr. Director:

España se está convirtiendo en un bicho raro a escala europea y mundial a causa de las nuevas leyes que están aprobando nuestros radicales gobernantes. Hay gente que se encoge de hombros. Piensa que son los nuevos tiempos. ¡Qué le vamos a hacer! ¡Qué li farem!-exclaman. Pienso que esta actitud resignada es comprensible pero no es la conveniente y que podemos hacer muchas cosas para remediar los males que aquejan a nuestra sociedad.

Lo primero que podemos hacer es manifestar públicamente que lo que está ocurriendo aquí no es normal ni es lo moral aunque sea lo legal. NO es normal que por primera vez en la democracia, el gobierno socialista de Zapatero haya perpetrado las primeras detenciones por razones políticas, que han encontrado una dura condena en la justicia. No es normal que para aleccionar a favor del segregacionismo que conlleva la ideología de género, doctrina fundamental del actual gobierno español, la vicepresidenta ofrecerá una cena a Bachelet, presidenta de Chile, de naturaleza masiva y sólo abierta a mujeres. De esta manera estimulará a la chilena para que luche contra el conservadurismo de aquel país.

Los derechos de la mujer no se defienden a base de intentar convertirla en una clase social, en una adaptación pobre y mecánica del marxismo, que es lo que hace la ideología de género donde el papel histórico del proletariado debe ser asumido por las mujeres y los homosexuales. En España ocurren cosas paradójicas: Por un lado los gobernantes intentan perseguir y discriminar a las escuelas concertadas que utilizan la pedagogía cada vez más valorada de la educación diferenciada entre niños y niñas y por otro se dedican a practicar el segregacionismo de las mujeres de una manera salvaje.

Lo mismo hace el Islam pero a la inversa. Están destruyendo este país a base de un discurso estatal, vacío y meloso, mediante el fomento del enfrentamiento en el seno de la sociedad. De este modo resucitan los fantasmas de la guerra civil, introducen la guerra de sexos, financian la agresión del lobby homosexual contra los ciudadanos, discriminan todo aquello que pueda representar el hecho religioso, estimulan irresponsablemente el conflicto entre territorios, y debilitan instituciones básicas como son el matrimonio, la paternidad y la maternidad. España se está convirtiendo en un bicho raro. No es normal lo que aquí esta pasando. Hay que moverse y hacer algo. Las personas con sentido común, que son muchas, no pueden quedarse paradas, esperando la próxima de Zapatero y su tribu de radicales.

José Cervera Gil

neletdeborja@yahoo.es