Las autoridades francesas trabajan en el rearme chino para contrarrestar el poderío militar norteamericano. Francia y Mr. PESC, Javier Solana, trabajan conjuntamente para levantar el embargo impuesto sobre el régimen comunista chino, tras las matanzas de Tiananmen. La posición francesa contaría con el beneplácito alemán, el doble mensaje británico y la previsible oposición de los 10 nuevos Estados de la Unión -especialmente Lituania- y del Parlamento Europeo.

Según diversos analistas, esta estrategia podría resultar muy peligrosa debido al buen estado de salud chino y la posibilidad de un rearme sustancial. La estrategia se englobaría en un conjunto de medidas para derrocar la supremacía estadounidense. Desde el punto de vista tecnológico, recordemos que fue una compañía china la que recientemente adquirió IBM.

Además, China está realizando un auténtico despliegue mundial para  dotarse de las capacidades energéticas necesarias. Su poder financiero le ha hecho adquirir importantes montos de la deuda pública norteamericana y empieza a tomar posiciones estratégicas en las áreas más sensibles del hemisferio, especialmente Iberoamérica, considerada tradicionalmente el barrio trasero de Estados Unidos. No nos olvidemos que China ha sido el gran inversor en Iberoamérica en el último año, muy por encima de España e incluso de Estados Unidos.

Lo llamativo es que el Gobierno español, autocalificado de pacifista, siga el juego de las grandes potencias europeas en contra de los intereses norteamericanos. Por eso, la ex ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, calificaba el lunes 7 de "normal" que el encuentro entre EEUU y España no se produzca. "No se puede pretender que las agresiones gratuitas no tengan ninguna consecuencia", señaló la ex responsable de la diplomacia española.

Por otra parte, las declaraciones de Palacio se producen el día en que la prensa española parece haberse puesto de acuerdo para poner en solfa la política exterior de Rodríguez Zapatero, a la que consideran errática y tercermundista.

No sólo eso, sino que el inoportuno apoyo español a Francia coincide con la nueva política de la Administración Bush, y más en concreto con la visita a Francia de Condolezza Rice, que está dispuesta a enterrar las diferencias franco-norteamericanas. A lo que no parece dispuesta es a perdonar a su antiguo aliado español.