Sr. Director:

Françoise Sagan (Françoise Quoirez) saltó a la fama en 1954 con su rompedora novela Buenos días tristeza, donde relataba la angustia, la depresión y la desorientación de la que era entonces una adolescente de 19 años. La situación era la de una chica de la dura postguerra y de la sombría guerra fría posterior. Tuvo un espectacular éxito literario, a pesar de que no revelaba más que tristeza y confusión. No se premiaron sus consejos u orientaciones. El unánime aplauso lo mereció por su certero diagnóstico de una situación que iniciaba entonces su generalización.

Las jóvenes francesas y las jóvenes europeas empezaron a estar pérdidas, sin ideales. Su liberación sexual y sus ambiguas orientaciones se reflejan en la propia conducta de la escritora. Durante muchos años fue compañera sentimental de la bella Peggy y también estuvo casada dos veces y tuvo un hijo. Fue bisexual mucho tiempo. Desde entonces acá, las cosas han ido a peor.

La promiscuidad sexual se ha incrementado y hay mayor consumo de alcohol y drogas. El 12,5 14 % de las chicas francesas de menos de 18 años consume cannabis con regularidad. Estas prácticas, ¿han hecho más felices a las jóvenes europeas? Los datos disponibles señalan que no. Según Le Monde, a los 12-14 años el 5,4 % las niñas francesas tiene pensamientos suicidas, siendo el 11,7 % a los 15-17 y el máximo del 12,6 % a los 18-20. Los varones de edades correspondientes, menos de la mitad que ellas. La llamada liberación sexual, a quien verdaderamente esclaviza y hace sufrir es a la mujer, proporcionándole vacío, tristeza y depresión.

Teresa Castillo Marín

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