• Esto es, el enfrentamiento directo con el Estado.
  • En estudios internos de la formación de Oriol Junqueras convierten a Pablo Iglesias en la tercera fuerza política de Cataluña.
  • Y ERC quiere evitar elecciones anticipadas: ya no ve tan clara su victoria.
  • Y hasta Bildu está preocupado por la irrupción de Pablo Iglesias en Euskadi.
  • Eso sí, en el seno de Podemos, ya están a tortas. Pablo Iglesias considera que el Europarlamento sólo debe ser un paso más en su carrera... nada más.

¿Quién está preocupado por el ascenso de Podemos Desde luego no el PP, algo más el PSOE. Pero el que más preocupado está por el fenómeno Pablo Iglesias es la izquierda comunista y secesionista, especialmente Izquierda Unida, que quiere atraérselo a una coalición y, sobre todo, los republicanos independentistas de ERC, a los que Podemos en Cataluña podría arrebatarle muchos votos. El magma nihilista -okupas, indignados, antisistema-, más fuerte en Cataluña que en Madrid, que vota a ERC por fastidiar al PP y PSOE, se inclinaría por Podemos. Es cierto que también el PSC sufrirá la andanada de Podemos, así como las CUP.

Esa es la razón por la que, justo cuando se atisba el necesario acuerdo de gobernabilidad entre Rajoy y Mas, para que ambos salven la cara, acuerdo en el que deberían participar tanto PP como PSOE, los republicanos de Junqueras exigen un referéndum 'paralelo', es decir, sacar las urnas a la calle en un enfrentamiento institucional abierto con Madrid. Más debe elegir si se arriesga la intervención de la autonomía catalana o si alcanza un acuerdo con Madrid y rompe con ERC. En cualquier caso, Artur Mas no está por la labor de llegar a un enfrentamiento directo con el Estado. De hecho, prefiere hablar de 'consulta' y no de referéndum por el carácter vinculante que tiene esta palabra.

A nadie se le oculta que un referéndum 'paralelo', es decir, en paralelo con el Gobierno de España, puede obligar a Rajoy a intervenir la autonomía catalana, es decir, el punto de no retorno. Al final, puede que la espoleta sea Pablo Iglesias.

Y por cierto, Bildu, que también absorbe ese magma de marginales en el País Vasco, siente la misma preocupación por Podemos que, a la postre, va a resultar que beneficia a la derecha. En cualquier caso, Pablo Iglesias comienza a tener problemas en su propia formación. Convertir una asamblea en un partido político no es cosa de risa y en Podemos ya están a tortas. Por de pronto, Iglesias considera que el Europarlamento, un cementerio de elefantes, no es su sitio, sino el Congreso de los Diputados.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com