En la mañana de este jueves, el presidente del Parlament de Cataluña, Ernest Benach, ha vuelto a reiterar el carácter constitucional del Estatut. Sin embargo, en privado reconoce a Hispanidad que habrían preferido una reforma constitucional previa a la reforma estatutaria. Eso habría sido lo lógico, pero el PP no estaba por la labor de reformar la constitución. ¿Solución? Hacer un Estatut que bordee la Constitución en un encaje complicado.

Benach califica a los miembros del Consejo Consultivo y del Instituto de Estudios Autonómicos como los mejores de Europa. Y resulta que estos brillantes profesionales independientes consideran que el Estatuto no vulnera la Constitución. Un discurso que el mismo Benach no se termina de creer: En todo caso, para eso está el Tribunal Constitucional. Ya saben, un órgano judicial que también puede presumir de independencia.

Estas mismas dudas sobre la constitucionalidad del proyecto las comparten también diversos expresidentes del Tribunal Constitucional. Y es que finalmente, lo que los nacionalistas desean es un cambio constitucional que ponga en solfa la soberanía del pueblo español y redefina España como Estado plurinacional.

Pero como el principal partido de la oposición no está por la labor de trocear España, la estrategia pasa por forzar la máquina formalmente con la complicidad del PSOE. Debemos de subirnos al tren que pasa, afirma Benach. ¿Cuál es ese tren? ¿Cuál es su destino? Benach lo tiene claro : La Transición cerró mal el encaje de las nacionalidades históricas, y ahora tenemos la oportunidad histórica de avanzar en ello. Eso sí, cuidado al matiz: avanzar para las comunidades históricas, no para todas, porque no todas son iguales. Cuando se ofreció la transferencia de la sanidad hubo comunidades que no la quisieron, Cataluña estaba desde el primer día reclamándola; este es sólo un dato, apunta el presidente del Parlament.

Por otra parte, Benach recuerda que si las Cortes modifican el texto, el Parlament tiene la posibilidad de retirar el texto. Pero estoy seguro de que seremos capaces de llegar a un texto que sea satisfactorio para todos. Y es que según Benach, la negociación consiste no en renunciar, sino en buscar soluciones creativas a aquellas situaciones que parecen encastilladas.