Hispanidad publicó ayer una noticia falsa en aras a la excelsa tradición de noticias falsas de todos los 28 de diciembre, ancestral hábito sólo roto por los medios informativos más pedantes y más progresistas, aunque lo de pedante y progresista no deje de ser una reiteración. Contábamos que el Gobierno Zapatero iba a imponer una tasa, un nuevo impuesto, por acudir a misa dominical, salvo que la Iglesia, previo consenso con el Gobierno, y a través de un proceso de diálogo talentoso, aceptara compartir la administración de sacramentos con el Ejecutivo (ver noticia).

Lo malo de la noticia de broma no es su falsedad una vez al año no hace daño- sino su grado de verosimilitud. Pues bien las reacciones han sido múltiples, pero podríamos decir que el grado de credibilidad de la falsa información ha sido alto. Hay quien considera al Ejecutivo Zapatero muy capaz de tamaña intromisión, no ya en la actividad de la jerarquía eclesiástica sino, sencillamente, en la conciencia de las personas, naturalmente en nombre de la democracia. Por ejemplo, el abajofirmante. La cristofobia y cristianofobia que muestra el zapaterismo les puede llevar a imponer un impuesto a los creyentes por acudir ala Eucaristía. Y por cierto, dado que unos 10 millones de españoles acuden a misa los domingos, unas sesenta fiestas de precepto al año, la recaudación del presunto gravamen no resultaría despreciable. Es más, el portavoz de un ministro del Gobierno Zapatero, me llamaba en la noche del miércoles para recordarme que habría que hablar largo y tendido sobre el fraude fiscal de los donativos que los fieles depositan en los cepillos de los templos católicos.

En cualquier caso, esto es lo tremendo : que la noticia resultara verosímil y el hecho no sea inconcebible sino probable.

Eulogio López