No todo es política o intereses de poder en la pugna entre la presidenta madrileña Esperanza Aguirre y el alcalde de Madrid, Ruiz-Gallardón. También existen otras cuestiones, más económicas y pegados al terreno (nunca mejor dicho). Por ejemplo, los aguirristas han amenazado a Gallardón con sacar a la luz el presunto trato de favor que éste habría proporcionado al promotor e inmobiliario Luis García Cereceda, el hombre que transformó Somosaguas (uno de los suburbios de lujo madrileños) con un pelotazo espléndido. Ahora no se trata de Somosaguas, sino de Brunete, otra localidad en los alrededores de Madrid, donde Cereceda posee una finca de tales dimensiones que ha decidido partirla en dos y construir en la mita del terreno.

Lo más gracioso es que Cereceda no es gallardonista. Más bien es felipista, y uno de los promotores más afines al PSOE. Nada extraño: para los aguirristas, Gallardón también es del PSOE.