Sr. Director:

Debido a la nueva política educativa del Gobierno, las familias cristianas no podemos escoger centros religiosos para nuestros hijos. Vivo en Sant Quirze del Vallès, donde sólo hay tres escuelas públicas, ninguna de ellas religiosa. Me encuentro con que hice la preinscripción de mi hija para P-3 en un centro de Sant Cugat y que no tengo puntos. Por ese motivo, el papá-Estado que yo no he votado me ha asignado un centro público cuya ideología no comparto en absoluto y que encima no imparten clase de religión.

¿Puedo hacer algo como madre y ciudadana para exigir un derecho que creo legítimo o estamos en una dictadura peor que en el franquismo?

¿Se van a dignar desde el Gobierno o desde Ensenyament de la Generalitat a darnos respuestas y a respetar al colectivo de familias cristianas o vamos a tener que ver, oír y callar mientras paguemos religiosamente nuestros impuestos?

Nuestros hijos no son juguetes, la familia sostendrá España y desde el Estado sólo se entorpece nuestra función...

Anna Ubach

aubachr@uoc.edu