En los ilustrados años del terror revolucionario francés, tras el genocidio mejor, populicidio.- de la Vendée, con el democrático Robespierre , que en 10 meses, y en nombre de la democracia incorruptible El Gobierno de la Revolución es el despotismo de la libertad en contra de la tiranía- logró guillotinar a 17.000 personas, el miembro de la muy democrática Convención francesa esa institución y ese periodo que el ilustre socialista Eduardo Sotillos, considera el nacimiento de la libertad de pensamiento- diputado de lOise, Anacharsis Cloots, se declaró enemigo personal de Cristo.

Lo de Robespierre recuerda aquella solemne declaración de un oficial de las tropas norteamericanas de ocupación en el Japón de la postguerrra, según la película La casa de té de la luna de agosto: A estos nipones les convierto yo en demócratas aunque tenga que fusilarlos a todos.

Lo del diputado Cloots, recuerda otra frase esta vez real- del conocido fascista Benito Mussolini, cuando retaba a Dios a que le fulminara. Y, como matizara Giovanni Guareschi, efectivamente cayó fulminado años después, porque Dios no tiene prisa.

Pues hete aquí que en la provincia de Jaén, para ser exactos, Baeza, ha surgido un enemigo personal de Jesucristo. Resulta, miren por dónde, que un padre del Colegio San Juan de la Cruz, quizás porque el santo y poeta falleció en la vecina Úbeda, no puede soportar que sus hijas den clase en aulas donde cuelga un crucifijo. Naturalmente, no será el presidente de la Junta de Andalucía, D. Manuel Chaves, hoy líder de una realidad nacional, así, con mayúsculas, quien desatienda los deseos de la población. El Defensor del Pueblo y la Consejería de Educación han dejado a un lado la tradicional abulia y han ordenado al director del centro que retire el pérfido símbolo, a pesar de la oposición de los profesores y de algunos padres. Digo algunos padres porque a la mayoría le ha importado un pito el asunto. Para mí que en el Juicio Final una de las frases más recordadas será aquélla de que a quien me negare delante de los hombres. Pero mi capacidad de prospectiva no es tan osada: la mejor manera de no errar en un vaticinio es no proferir ninguno. El oficio de profeta es complejo; si no, pregúntenle a los analistas bursátiles.

Estuve no hace mucho tiempo en Úbeda y Baeza, dos villas gemelas y a cual más hermosa. De la gente, que no deja de ser el monumento más interesante, me sorprendió su obsesión con la invasión musulmana, por numerosa y por peligrosa. Es decir, que la misma tierra donde vive un padre tan liberal que no puede ver a sus hijos en las proximidad de un crucifijo -¡Lagarto, lagarto!-, es la misma que teme al musulmán prepotente, insolente, al representante de un credo que ha desatado en todo el globo una persecución contra la Iglesia, una auténtica cristofobia. En Indonesia condenan a muerte a católicos por el hecho de serlo, Arabia es una teocracia cruel e injusta, se prohíbe el culto cristiano en casi todo el mundo islámico y allí donde legalmente se permite se realiza en peligro de muerte. Iraq, Irán, Paquistán, Sudán, Afganistán, las repúblicas asiáticas de la antigua URSS, Argelia, Nigeria, una verdadera ola de que trata de volver al Islam de Al Andalus, que es algo muy querido por Chaves.

En Holanda se expulsa a una diputada procedente de Somalia por ataques al Islam, mientras se prodigan, en la misma Holanda los ataques, blasfemias y ofensas a Cristo. Toda Europa es tierra de evangelización, que se avergüenza de su fundador. En Hispanoamérica el indigenismo populista, la nueva forma de tiranía, expele su cristofobia uniendo cristianismo y tiranía contra los pueblos indígenas cuando lo cierto es que fue la Iglesia quien salvó a los indígenas de un destino horrible: el de sus propios jefes y dinastías- y el lejano Oriente, con China a la cabeza, han difuminado las diferencias existentes entre izquierda y derecha, entre libertad y opresión, son mínimas o, al menos, dependen de la cosmovisión de cada cual. En otras palabras: que para el Régimen de Beijing, una quinta parte de la población mundial, el gran enemigo es Cristo. Pero, a cambio, podemos consolarnos: China sólo cuenta con 1.200 millones de personas, pero en India, otro universo, otra filosofía, con tan sólo 700 millones de de seres humanos censados, el enemigo... también es el cristianismo. Nunca el hinduismo y el budismo se habían mostrado tan hostiles a Cristo, animados por unos políticos

Los cristófobos pueden decir, con gran orgullo lo que no hubiera podido pronunciar ni el sufrido papá de Baeza ni el diputado Cloots ni el mismísimo Mussolini: En los cinco continentes se blasfema el nombre de Cristo. Claro que el Catecismo de la Iglesia Católica (punto 134 del Compendio, desarrollado en los puntos 675-680. del Catecismo) habla del último estallido cósmico de este mundo, después del cual, vendrá el odiado Cristo. Al parecer no es algo sobre lo que podamos elegir.

En el entretanto, a los gobiernos occidentales, pongamos por caso el de Rodríguez Zapatero, todo esto les sienta de maravilla: es prueba flagrante de la alianza de civilizaciones, convertida en la explosión de las provocaciones, por parte de quienes sólo respetan al contrario cuando esté está en minoría. Pero todo eso va a batir: ya no necesitan respetar a la mayoría, porque la mayoría, como el papaíto de Baeza, enemigo personal de Cristo, se ha empeñado en suicidarse, con el apoyo entusiasta de la realidad nacional andaluza, en su totalidad manifiesta.

Eulogio López