Decíamos ayer que existe un proyecto para fusionar Iberdrola y Gas Natural incluso con la importante variante de añadir Repsol al binomio. Y es que Repsol y Gas Natural son muy opables pero Iberdrola también. En definitiva, ahora todo el mundo sabe en el sector energético europeo que el peso político del gobierno Zapatero es nulo, así que las grades compañías energéticas están afilando los dientes para morder bocado en España: la italiana Enel no pudo comerse a la francesa Suez, así que ha puesto sus ojos en Iberdrola. Por si fuera poco, el fondo de capital riesgo más antiguo de España, CVC, también ha colocado a Iberdrola entre sus objetivos estratégicos. Naturalmente, Iberdrola es una empresa privada, mientras que Enel es una empresa controlada por el gobierno italiano pero eso, claro, a Bruselas no parece importarle mucho.

Y por si fuera poco, el otro gigante energético transalpino, la petrolera Eni, asimismo controlada por el estado, amenaza a Fenosa, de la que ya es socio en el trascendental contrato de gas con Egipto.

Y la cosa tiene su lógica empresarial, dado que tanto Enel como Eni están presentes tanto en España como en Portugal y quieren convertirse en las grandes energéticas del sur de Europa. Eso, si no acaban por fusionarse con todas las bendiciones del gobierno de Roma.

Todo porque el ejecutivo español no ha sabido pararle los pies a E.On.