Los resultaos de Endesa durante los 9 primeros meses del año -presentados el jueves por el consejero delegado, Rafael Miranda- son buenos, pero quizás un poco imprudentes. Recordemos que Endesa ha presentado un EBITDA que crece un 25% y unos resultados netos de 2.508 millones de euros, un 61% más que durante le mismo periodo del año anterior. Ahora bien, forzado por las opas que pesan sobre ellas, el equipo de Manuel Pizarro ha forzado al alza los resultados, hasta el punto de poner en peligro la futura remuneración del déficit de tarifa y la famosa ecuación: no se puede pedir que aumente la tarifa de la luz al tiempo que se presentan unos resultados... en su parte provenientes del déficit de tarifa.

Así, Endesa -insistimos, la cuenta de resultados, digamos recurrente, es muy buena- ha contabilizado un déficit de tarifa de 1.191 millones de euros, más 258 millones de costes extrapeninsulares en el periodo 2001-2005.

Al mismo tiempo, Endesa se apunta 171 millones de euros correspondientes a la venta del 5% de AUNA (30 de diciembre de 2005) como operación puramente financiera con el Deutsche Bank como contrapartida, es decir, sin ganancia real para Endesa. Algo similar puede decirse de la venta de 165 millones de euros en activos inmobiliarios en Levante, pero sin especificar que hay que reducir esa cantidad en un 55%, dado que Endesa compró el 45% de la sociedad compradora.

En definitiva, Endesa está forzando resultados, de suyo buenos, pero inflados por la necesidad de mantener la cotización alta. Quien finalmente se haga con la compañía puede verse obligado a reducir sus expectativas, especialmente cuado negocie déficit de tarifa y costes extrapeninsulares (especialmente los primeros) con el regulador.