En la City madrileña ya se habla de operaciones CVC, tomando el nombre de este fondo de capital-riesgo (poco capital y ningún riesgo), que últimamente está muy activo en España, sea en la red eléctrica, en las operadoras de telecomunicaciones e incluso en el sector alimentación. Naturalmente, los gestores de CVC no están interesados en jubilarse gestionando megawatios o megabytes, ni tampoco hortalizas. Simplemente compran hoy, acciones, para venderlas mañana con la correspondiente plusvalía. Por eso, al parecer, se les permite tener en sus manos infraestructuras básicas de la economía.

Pues bien, cuando parecía que Emilio Botín ,accionista de ambas compañías, había decidido que la telefonía fija de AUNA se vendiera a ONO, y no al revés, por 2.3000 millones de euros (libres de deuda), Endesa, primer accionista de AUNA, (que tiene firmado con SHC y Fenosa un pacto por el que las tres firmas deben estar de acuerdo a la hora de vender), afirma que no, que la oferta de Eugenio Galdón, el presidente de ONO, no es suficiente, y que se vuelva a prestar oídos a una vieja oferta, nunca traducida en cifras, presentada por los fondos CVC y Apax. Una oferta con idéntico carácter especulativo que la realizada por ONO; y detrás de la cual se encuentran los fondos Providence y Carlyle.

En su día, Apax y CVC hablaron de que el conjunto de AUNA (telefonía fija y móvil cable más Amena) valía 7.000 millones de euros, sin contar los 4.500 millones de deuda. El problema es que aquella oferta no llegó a materializarse, por lo que estamos hablando de humo y pajas.

Las dos operaciones, insistimos, son igualmente especulativas. La única diferencia es que Apax y CVC no segregarían el fijo y el móvil, porque lo que AUNA seguirá siendo una operadora de telecomunicaciones integral. Pero, por el momento, Galdón sigue siendo la única oferta concreta puesta sobre la mesa.

En cualquier caso AUNA todavía no ha respondido a la oferta de ONO