• La empresa ganó 99,7 millones en el primer trimestre, un 5% más.
  • Gazprom amenaza: podría interrumpir las exportaciones de gas a Europa por las sanciones a Rusia.
  • Pero París se opone a la mejor alternativa: la posibilidad de que España sea la puerta del gas para Europa.
  • La realidad es tozuda: las tuberías de Gazprom mueren en Centroeuropa y España cuenta con dos gasoductos unidos a Argel y seis plantas regasificadoras.
  • La oportunidad de negocio es inmensa para Enagás y otras empresas españolas como Gas Natural Fenosa o Iberdrola.

Enagás, que ha presentado este martes los resultados trimestrales, tiene un protagonismo especial en las circunstancias actuales que escapan a un mero balance de tres meses. Lo mismo sucede con Gas Natural Fenosa o con Iberdrola. El beneficio neto trimestral de Enagás fue de 99,7 millones de euros, un 5% más que en igual periodo de 2013. Esas cifras están en línea con lo esperado por los analistas, aunque ligeramente por debajo del consenso del mercado. Sin embargo, la compañía ha destacado que el crecimiento es superior al esperado para el conjunto del año (2,4%), debido a la contribución de Enagás Transporte del Norte a partir del segundo trimestre de 2013.

Al margen del resultado, que desgranamos después, lo que está en juego ahora mismo para Enagás, tras la crisis de Ucrania, es la posibilidad de que España sea la puerta del gas para Europa. Lo dijo con mediana claridad Salvador Gabarró, presidente de Gas Natural Fenosa, en la última junta de accionistas: "Nos falta unir España con Francia con un gran gasoducto, porque podemos surtir a media Europa". Y también lo ha dicho el presidente de Enagás, Antonio Llardén (en la imagen): "España tiene potencial para ser una alternativa al gas ruso".

¿Dónde está el problema: Francia pone pegas porque no le gusta que el gas argelino, la gran alternativa al gas ruso, entre a Europa por España. Una vez más nos topamos con el orgullo gabacho, cuyas reticencias provocan la infrautilización de la infraestructura gasística española. El sueño de Francia, conviene no olvidarlo, es convertirse, de la mano de la empresa pública Suez, en el gran distribuidor de gas en la Unión Europea y en el nexo de unión entre el gas ruso y el argelino. Vamos, que quiere que España no pinte nada.

La realidad, sin embargo, es la que sigue: las tuberías de Gazprom mueren  en Centroeuropa, mientras Ucrania se niega a comprar el gas ruso al precio que exige Putin tras la tensión entre los dos países, que ha despertado la principal consecuencia económica: el conflicto del gas. Y por si quedaban dudas del efecto de la dependencia de Rusia, el gigante ruso de gas Gazprom ha comunicado este martes que las nuevas sanciones occidentales a Rusia por su intervención en Ucrania podrían interrumpir sus exportaciones de gas a Europa.

Hasta el propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, puso en valor la capacidad de suministro español a principios de mes sobre la mesa de Europa. Nuestro país cuenta con dos gasoductos, el de Gibraltar y, especialmente, el Medgaz -que se une a España a través de Argel y Orán-. Y, además, contamos con seis plantas regasificadoras, casi tantas como el resto de Europa occidental.

Esa es la oportunidad que debe aprovechar Enagás -en la que el Estado tiene una minoría de control decisiva-, por su capacidad de intermediación, y otras empresas españolas, por su capacidad de abastecimiento, como Gas Natural Fenosa o Iberdrola.

Vamos al resto de los resultados. El resultado bruto de explotación (Ebitda) aumentó un 4,9%, hasta los 245,9 millones de euros, mientras que el neto (Ebit) repuntó un 6,6%, hasta 162,8 millones.

La gasista aumentó sus ingresos un 0,6%, 313,7 millones, mientras que sus inversiones fueron de 399,1 millones, un 33,2% más. Sólo el 3% de esa inversión se destinó a España. En esas inversiones figuran la adquisición del 22,38% de la peruana TgP (373 millones).

La demanda de gas transportada hasta el 31 de marzo de este año ascendió a 107.393 gigavatios hora (GWh), un 3,1% menos que en el primer trimestre de 2013, mientras que la demanda convencional, destinada a los consumos doméstico-comercial, industrial y cogeneración, bajó un 9,1%, hasta los 77.326 (GWh).

La deuda de Enagás suma 3.897 millones, lo que supone un ratio de apalancamiento del 65,7%. La cifra aumenta respecto al primer trimestre de 2013 (3.693,9 millones) por la compra de TgP.

Mariano Tomás

mariano@hispanidad.com