Sr. Director:
Lo lógico en una sociedad bilingüe es que la Administración Pública también sea bilingüe, por respeto a todos.Esa es la teoría, pero en Cataluña no es la práctica. Los castellanohablantes estamos acostumbrados a que nuestra lengua haya sido excluida de muchos ayuntamientos. Es el caso, por ejemplo, de Lérida. Hace unos días muchos leridanos recibimos información sobre servicios sociales y teleasistencia para personas mayores, muchas de las cuales no entienden en absoluto el catalán. Pues ha sido imposible obtener esa información en castellano. Nuestro ayuntamiento utiliza la lengua que hablamos la mitad de los leridanos sólo en dos ocasiones: en los impresos para pagar impuestos y en los parquímetros de la zona azul. Me atrevo a pedir a nuestro alcalde que se acuerde de los castellanohablantes para recibir servicios y no sólo para pagarlos.

María Caro