En la SER, el tertuliano Joseba, desde el País Vasco, señalaba que en el entorno de Carod Rovira, se ha dicho que con Maragall de candidato del PSC era imposible la reedición del tripartito y que la única posibilidad de un nuevo tripartito era con Montilla de presidente. Con Montilla se reabren las posibilidades y si los tres partidos suman lo suficiente, se reeditará. Ha de haber unas bases renovadas, suficientes.

 

Para otro tertuliano de la SER, Montilla es un libro cerrado. Con Maragall seguro que perdíamos, dicen algunos, y en cambio Montilla identifica mejor el socialismo en Cataluña, y Maragall es una caja cerrada. El problema de Montilla es que tiene poco gancho. Y este cambio lo tiene que digerir el PSC y no va a ser fácil, porque Maragall era la referencia en Cataluña. Y la sensación es que lo han quitado, lo han echado, y eso va a tener una gestión difícil. Todo el mundo tiene la sensación de que las elecciones se le ponen más fácil a Artur Mas. La gente se moviliza cuando se siente motivada por una razón a favor o en contra. Lo que no se puede pedir a la gente es que se conviertan en nacionalistas catalanes. Pensar que en Cornellá la gente va a votar a alguien que es vecino, eso no es conocer Cataluña. La gente se mezcla.

 

Carlos Francino apuntaba que hay un hecho contrastado y es que una parte notable del electorado, potencialmente socialista, no va a las urnas. Una de las claves es si colocando a uno de los nuestros, eso va a movilizar todo el cinturón de Barcelona o no.

 

Magis Iglesias no ve gancho en Montilla. Él sería un gran negociador, en el gobierno ha sido el ministro de mayor perfil político, es una persona valiosísima en la política, pero como candidato es una persona hosca, que no transmite. Aunque para Francino, la fotogenia y la telegenia no pesan tanto como nos imaginamos.