Una comisión de representantes pro vida de toda Europa facilitó al Parlamento Europeo una reclamación rubricada por unos 500.000 ciudadanos de más de 17 estados, en la que piden la tutela del derecho a la existencia de los no nacidos y la defensa de los esponsales entre un varón y una mujer.
Los signatarios piden que se adopten las medidas necesarias para que, en todos los protocolos de la Unión Europea se reconozca el derecho a la vida de todo ser humano y que se especifique que tal derecho debe ser reconocido desde la concepción. Asimismo piden que se reconozca como familia, en sentido pleno, la fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer, a la que se debe reconocer prioritariamente el derecho y el deber de elegir la educación que deseen para sus hijos.
En el acto de presentación, Carlo Casini, diputado europeo y presidente del movimiento pro vida italiano, aclaró algunas de las razones que han estimulado a esos ciudadanos a rubricar la instancia.
Casini evidenció que la imagen de Europa se asemeja, cada vez más, a la de un gran mercado en el que no se fortalece la defensa del ser humano. Una prueba de ello son las decisiones restrictivas al derecho de la existencia que se legislan en algunos Estados de la Unión, o los vaivenes en las definiciones legales del matrimonio. Frente a esta propensión disgregadora, el italiano exigió la unidad de los países europeos en torno a los valores fundamentales de la igualdad y la dignidad que forman el soporte de la libertad, la democracia y la solidaridad, rasgos del alma de Europa, afirmó.
Muchos parlamentarios echan en falta más reclamaciones en defensa de la vida y la familia. Así lo ha explicado Catherine Vierling, asesora de varios parlamentarios europeos y secretaria general del Foro Europeo para los Derechos Humanos y la Familia. Según Vierling, la solicitud de Casini y los demás representantes pro vida ha tenido un gran impacto político y mediático en Bruselas.
Clemente Ferrer