El pacto social, no escrito, entre trabajadores públicos y privados es muy sencillo: el funcionario tiene trabajo fijo y, a cambio de esa seguridad, cobra menos.

Tampoco tiene muchos incentivos, porque sus posibilidades de ascenso están muy limitadas.

A cambio, en el sector privado se cobra más pero también se trabaja más y te puedes ir al paro mañana.

Conclusión: al funcionario no hay que quitarle salario porque no cobra mucho. Lo que hay que hacer es aumentar su horario laboral, hacer que trabaje más, porque trabaja poco.

El Gobierno Rajoy se ha equivocado al quitarles la paga extra de Navidad; no se ha equivocado al reducirles los moscosos y quitarles los canosos.

Por otra parte, en España no sobran funcionarios, lo que sobran son políticos, asesores de políticos e instituciones políticas inútiles.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com