A los padres nada les justifica buscar alternativas para la educación de sus hijos, piedra angular en la formación humana y espiritual.

Sr. Director:

Las múltiples ocupaciones (profesionales, sociales y familiares) y, muchas otras veces, la presión del ambiente, hacen que muchos padres, sin apenas tiempo para pensar, busquen recetas o trucos que les ayuden en la educación de sus hijos. Desgraciadamente, en educación, la barita mágica no funciona.

No obstante, inconscientemente piensan que la educación puede reducirse a tocar una tecla y esperar el resultado. Pero todos sabemos que el ser humano es algo más complejo, y que no se limita al principio de acción-reacción. En definitiva, no valen las recetas para educar.

Como agrónomo puedo afirmar que las plantas crecen mejor cuando hay buena tierra, cuando se prepara la tierra antes de la siembra, cuando ésta se cuida añadiendo fertilizantes y cuando se las riega. De la misma manera, puedo decir como educador, las personas necesitan un medio adecuado para crecer y desarrollarse. El medio ideal es el que proporciona la familia y el fertilizante de ese medio es el cariño que se tienen entre sí los padres.

Hemos dicho que no hay trucos, pero si se tuviera que recomendar alguno para educar, sería este: que los padres cuiden su relación cada día. Los hijos que crecen en una familia donde el padre y la madre se demuestran cariño, además de una buena tierra, gozan de un excelente fertilizante y agua para riego de calidad para crecer.

Jesús Martínez Madrid

jdmezmadrid@gmail.com