Es la carta con la que el Gobierno juega para que los sindicatos realicen una voladura controlada

 

Los sindicatos se han echado al monte. Ma non tropo. Por eso la huelga se hace coincidir con una convocatoria europea. El objetivo es diluir y tratar que salpique lo menos posible al Gobierno. ¿Por qué? En la reunión en la que Zapatero les pidió cariño a los ugetistas, les prometió una ley de Participación Institucional. Se trata de culminar lo que comenzó en la Transición: institucionalizar a los sindicatos para tenerlos controlados y garantizar la paz social. ¿Cómo? Con chequera, como siempre.

Así que el Gobierno juega con este as en la manga. Si los sindicatos elevan el tono de la protesta, la Ley de Participación Institucional puede quedar en el limbo. Así que a portarse bien. A la CEOE le afecta menos porque cubre un 83% de sus gastos con cuotas. Nada que ver con UGT y CCOO, verdaderas longa manus del Gobierno.

Andrés Velázquez

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