Sr. Director:
No acabo de entender su lucha a favor de que el Estado pague un salario a las madres (de hecho, ¿por qué a las madres y no al matrimonio?).

 

No lo acabo de entender porque tal demanda, de convertirse en una realidad, acabaría por dar al Estado una fuerza de presión sobre las familias realmente peligrosa. Como ocurre con todos los subsidios, esta injerencia del Estado en un ámbito tan delicado y fundamental acabaría por desnaturalizar los fuertes lazos naturales sobre los que se basa la familia y la maternidad.

Los subsidios -no hace falta que lo recuerde- terminan siempre por esclavizar a quienes los reciben. Dicho esto, una opción de ayuda a las familias inteligente y respetuosa sería una rebaja progresiva en el IRPF de los cónyuges. Esta medida, además de no ser invasiva es mucho más justa por cuanto el Estado en vez de "otorgar graciosamente" simplemente dejaría de arrebatar recursos.

Carlos Rego