Sr. Director:

He leído con atención su editorial del pasado viernes sobre las dos manifestaciones convocadas en relación al tema del titiritero Rubianes, una de ellas convocada ante la sede del PSOE por el partido Alternativa Española (AES) del que soy Secretario General y otra, según tengo entendido, por un sindicato. Quiero agradecerle muy sinceramente el contenido de la referida editorial ya que en su mayoría refleja el sentir de los hombres y mujeres de AES. Era evidente que los voceros del PP no se podían hacer eco de una concentración ejemplar de más mil personas, convocada con total escasez de medios y que puso de manifiesto, pese a ello, el poder de convocatoria de AES, que ciertamente preocupa al partido de la oposición. Una vez más AES estuvo en la calle, donde nos toca, para defender a Dios o España ante cualquier ofensa. Pero sin lugar a dudas lo mas importante, y lo que más satisfacción me produce, es el haber sido capaces de convencerle a usted y, con ello, probablemente a muchos españoles, que nuestra comparecencia en la vida política solo se debe a la obligación que nos impone nuestro Credo, por el cual y, solo por él, estamos comprometidos en este tan duro proyecto, que por otra parte por ser cristiano no puede ser de otra forma.

Otro aspecto fundamental del referido articulo es su llamada a la unidad en aras de la defensa de unos Principios comunes soportados en la Ley Natural y la Moral Objetiva, es decir, en los Valores cristianos, que constituyen la base de todo nuestro programa, que como usted sabe comienza diciendo, Alternativa Española nace con el firme propósito de hacer discurrir su caminar político al servicio de las verdades eternas que surgen del reconocimiento expreso de la Ley de Dios, en la que buscara su inspiración permanente..., es por ello que nosotros siempre hemos estado y seguimos estando dispuestos a defender, sin sujeción a componenda alguna, en favor del bien común, los Principios a los que usted se refiere, cual son; la vida desde el momento de su concepción hasta la muerte natural, poniendo fin al aborto y a la distribución de la píldora abortiva del día después, así como la RU-486, ambas aprobadas por el PP; la familia entendiéndose por tal, exclusivamente, a la formada por hombre y mujer, en el ámbito del matrimonio, con vocación de permanencia y procreación, negando la conceptualización de familia a otras uniones que constituyen un desorden moral, como son las homosexuales ; la libertad de educación de los padres, lo que exige terminar con las políticas de concertación y subvención a los centros de enseñanza y con ello su cautividad política, trasladando la subvención al propio escolar por medio del cheque escolar; la defensa del embrión como persona humana desde el primer instante, poniendo fin a toda política de experimentación y manipulación del embrión y las células embrionarias; la defensa de las raíces cristianas de España, su unidad, cohesión y solidaridad entre sus regiones, haciendo resaltar la rica variedad de las mismas como elemento de unión y no de separación, es por ello que aspiramos a un regionalismo integrador de España que ponga en valor las costumbres y los derechos forales históricos de las mismas, en el seno de una sola Patria común, cuya defensa constituye para el cristiano, tal y como se recoge en la doctrina social y moral cristiana, un deber moral y no una obligación constitucional.

Por último, quiero, una vez más, sumarme a su llamada de unidad para que todos los partidos políticos, asociaciones y movimientos cívicos, que coincidamos en la mayoría de esos Principios, dejando de lado lo accidental que nos pueda separar, caminemos juntos y, para ello pongo a disposición de los que secunden esta iniciativa los medios y recursos de los que AES dispone, pidiéndoles que, o por medio de coaliciones o a través de su inclusión en las listas electorales de AES se incorporen a esta noble tarea. La situación por la que atraviesa España es de tal gravedad que la negativa a la colaboración en la defensa de la Ley Natural y la Moral Objetiva te convierte en coautor necesario del mal.

Hoy todavía tenemos una oportunidad

Rafael López-Diéguez

sgeneral@alternativaespanola.com