A Chris Gardner (Will Smith) le cuesta un gran esfuerzo  mantener económicamente a su  familia. Un día,  la madre de su hijo de cinco años les abandona. Chris, convertido en padre soltero, se lanza tenazmente a buscar un trabajo mejor pagado y consigue unas prácticas en una correduría de seguros. A pesar de no percibir ningún salario, acepta este puesto con la esperanza de finalizar el plan de estudios y conseguir  un futuro prometedor. Pero, sin apenas ingresos, Chris se verá abocado a vivir en la calle con su pequeño hijo hasta que la situación cambie.

 

Will Smith ha sido nominado como mejor actor a los Oscar de este año por esta interpretación y no es extraño porque está inmenso en este melodrama Capriano, de previsible final. De hecho,  como las geniales y optimistas películas del director de origen siciliano, En busca de la felicidad  tiene como protagonista a un hombre anónimo, a un superviviente capaz de hacer cualquier sacrificio por sacar adelante a su hijo. Y, por supuesto, ofrece al espectador un mensaje de esperanza.

 

La anécdota de la película es que el niño que acompaña a Chris Gardner/Will Smith en esta azarosa aventura es su hijo en la vida real, de ahí que entre los dos haya más que química

 

No me cabe duda que parte de la crítica desdeñará este melodrama amable  y lo calificarán de tele-movie menor. Peor para ellos.

 

Para: Los que apuesten por los héroes anónimos