Hablamos en términos deflactados: ningún otro bien o producto se ha encarecido tanto, según el primer Informe del Observatorio de la Vivienda. Con los actuales parámetros, la única forma de abaratar el precio son las menos liberales: promocionar la vivienda de protección oficial, la de precio tasado y la de alquiler. El Observatorio solicita que desaparezcan los incentivos fiscales, dado que no hacen otra cosa que encarecer el precio de la vivienda y beneficiar a los promotores. Los ayuntamientos son los que encarecen el suelo : se llevan hasta un 50% de las plusvalías. En España sobra suelo, lo que falta son infraestructuras y transportes. La burbuja financiera sólo pinchará si se dispara el desempleo o los tipos de interés. La vivienda en España está sobrevalorada en un 20%. La inversión en inmuebles se ha convertido en un activo financiero. De hecho, puede hablarse de que ha nacido el urbanismo financiero. El 16% de los españoles tiene segunda vivienda, por un 11% de extranjeros residentes.

Se trata del primer informe sobre el sector inmobiliario, publicado por el Observatorio de la Vivienda, formado por el Colegio de Notarios y el Bufete Garrigues (ver informe completo).

Las conclusiones resultan curiosas, algunas porque remarcan lo ya sabido, pero otras porque algo más, resultan sorprendentes. De entrada, hay que decir que, con cifras deflactadas, en 25 años el precio de la vivienda se ha triplicado (página 15 del informe). Ningún otro bien o servicio se ha encarecido tanto durante el último cuarto de siglo en términos reales. De este modo, la vivienda cara se ha convertido en la nota dominante de la economía y de la sociedad españolas. Con todo, el Observatorio considera que la vivienda en España (pág. 13, está sobrevalorada en un 20%, punto en el que coincide con lo que fuera una polémica conclusión del Banco de España).

Y la burbuja no va a pinchar, aseguran los notarios, salvo que se produzca un fuerte aumento del desempleo o de los tipos de interés.

La vivienda en España está cara y no es por falta de suelo. Es más, el Observatorio afirma que es la vivienda cara la que encarece el suelo, no al revés. Y ya puestos, resulta que la culpa la tiene el Sector Público, en concreto los ayuntamientos. El informe denuncia que en los convenios sobre suelo el sector público se lleva hasta un 50% de las plusvalías. Un secreto a voces: los ayuntamiento no encuentran recursos con los que financiarse y recurren al a especulación con el suelo, con lo que aumentan el precio de la vivienda.

Los notarios confirman (página 18) que los incentivos fiscales no hacen otra cosa que dar margen a los promotores de vivienda para aumentar el precio final, en la convicción de que colocarán el piso en breve plazo de tiempo.

Y no es que en España falte suelo : es más, sobra (página 23). Lo que ocurre es que vivimos todos en macrourbes, y faltan infraestructuras y transportes.

Y un detalle curioso : el 16% de los españoles posee una segunda vivienda, pero el 11% de los inmigrantes también. Alude este porcentaje a la multitud de extranjeros residentes, especialmente en la ribera mediterránea, que han decidido comprar pisos en la costa española.

Conclusión: la ministra de Vivienda, María Antonia Trujillo, estaría feliz con este informe. Su opinión, con la que accedió al cargo, era que la única forma, no sólo de reducir el precio de la vivienda sino de dinamizar la economía, era aumentar el dinero público destinado a la vivienda pública y a la vivienda tasada. El problema es que los hombres de Pedro Solbes son partidarios de la ortodoxia fiscal y de no incurrir en déficit, lo que dejo en agua de borrajas el programa del PSOE en materia de vivienda. A partir de ahí, Trujillo, sin medios para cumplir su promesa (Lo que se dice se hace y lo que se promete se cumple), y tras presentar su dimisión, comenzó a buscar caminos sustitutivos con los que lavar su imagen, hasta ser conocida por la ministra Apretujillos. Es decir, comenzó a desbarrar. Pero de eso la titular del Departamento no tiene culpa alguna.