Las empresas españolas colaboran con entusiasmo en el Pacto Mundial (Global Compact) que comanda la ONU, entre cuyos objetivos se cuenta con la ideología de género, cuestión de primordial relevancia económica, como es sabido.

Y a mí se me ocurre, ¿por qué, en lugar de financiar al lobby feminista y abortero -no, no es exactamente lo mismo pero son instituciones conexas- nuestras empresas no se dedican a ayudar a las madres en apuros para tener hijos, en lugar de para no tenerlos.

Eulogio López

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