Últimamente el cine estadounidense se está nutriendo de películas que recuerdan su pasado. Como este estupendo thriller, Emperador, que recuerda unos hechos históricos muy desconocidos.

Tras la rendición japonesa, en agosto de 1945, al general Douglas MacArthur se le encomendó la misión de descubrir la responsabilidad que tuvo el emperador Hirohito en la participación de Japón en la Segunda Guerra Mundial. La inocencia o culpabilidad del emperador o, lo que es lo mismo, su condena o no a muerte, estaba claro que marcarían  el futuro del país del sol naciente… MacArthur encargó a un hombre enamorado de Japón, el general Fellers, la investigación de quienes pudieran responder  a esa pregunta. Fellers, desde el primer momento, sólo tuvo un objetivo: descubrir la verdad…

Fría, pero narrada con sobriedad, lo más estimable de este thriller histórico es que, a través de la figura de Fellers se intenta transmitir al espectador la mentalidad japonesa basada en el sentido del honor y la lealtad. En ese contexto se entienden perfectamente tanto los dilemas morales de los personajes que rodeaban al emperador como la historia de amor imposible entre Fellers y su enamorada japonesa, Aya, que conocemos a través de reiterados y bien introducidos flash-back.

Emperador, basada en un libro de Shiro Okamoto, llega a España con dos años de retraso y tras algunas críticas injustificadas en Estados Unidos cuya razón más profunda puede ser algo tan sencillo como esto: en Emperador se humaniza a los japoneses, a los que fueron enemigos de los aliados, y esa visión, como ocurrió con Cartas desde Iwo Jima,  a muchos americanos  no les agrada.

Para: Los que les interesen las películas históricas apasionantes