• Respecto a las generales de 2011, la caída del PP sería de 15 puntos y la del PSOE de uno, según la encuesta de Metroscopia para El País.
  • En las autonómicas de 2015, el PP obtendría el 35,8% de los votos y los socialistas el 26,4%.
  • En las autonómicas de mayo de 2011, el PP alcanzó el 42% de los sufragios, frente al 27,95 que logró el PSOE.
  • La mayoría absoluta del PP en once comunidades pasaría a cuatro, aunque en seis seguiría siendo el partido más votado.
Si las elecciones europeas del próximo año se celebraran ahora, la suma de PP y PSOE pasaría del 80,9% de los votos obtenido en 2009 a un 56,9%, según un sondeo realizado por Metroscopia.

El PP ganaría por un margen de 1,1 puntos, lo que equivale a un empate técnico por el margen de error del estudio. Ese derrumbe de los dos grandes partidos es consecuencia de la caída de más de 13 puntos del PP y de casi 11 de los socialistas, en comparación con las anteriores europeas. Respecto a las generales de 2011, la caída del PP sería de 15 puntos y la del PSOE de uno, según la encuesta de Metroscopia para El País.

En lo que respecta a las próximas elecciones municipales y autonómicas en 2015, la pérdida de votos en las filas populares también es notable. La media obtenida por el PP en las autonómicas y municipales de mayo de 2011 alcanzó el 42 por ciento de los sufragios, frente al 27,9 por ciento que logró un PSOE que ya anticipaba sus horas bajas.

En suma, 14,1 puntos de diferencia entre los dos grandes partidos en 2011 que se recortarían hasta los 9,4 puntos en intención de voto, puesto que el PP obtendría el 35,8 por ciento y los socialistas el 26,4 por ciento, según la última encuesta de NC Report para La Razón.   

En mayo de 2011, los populares salieron victoriosos con mayoría absoluta en 8 comunidades (Baleares, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Cantabria, Comunidad Valenciana, Madrid, La Rioja y Murcia) y acabó gobernando en coalición en Aragón (con el PAR) y en Extremadura (con IU).

Pus bien, prosigue La Razón, María Dolores de Cospedal revalidaría en Castilla-La Mancha la mayoría absoluta con 27 diputados frente a los 23-24 del PSOE; Pedro Sanz haría lo propio en La Rioja al lograr 17-18 diputados -la mayoría absoluta se sitúa en 17 escaños-; en Murcia, los populares obtendrían entre uno y dos diputados más que los 23 necesarios para gobernar en solitario pese a la renuncia de José Ramón Valcárcel; y en Castilla y León, donde todo indica que Juan Vicente Herrera dejará paso a las nuevas generaciones, el PP también conseguiría una ajustada mayoría absoluta de 43-44 diputados.

Pero en otras seis autonomías los populares seguirían siendo el partido más votado, aunque tendrían que apoyarse en otras formaciones para poder formar gobierno. En esta tesitura se encontrarían en Madrid, la Comunidad Valenciana, Baleares y Cantabria, donde los populares no repetirían su mayoría absoluta y tendrían que buscar pactos de gobierno.

También sucede lo mismo en Aragón y Extremadura, donde volverían a tener la posibilidad de reeditar los pactos con el PAR e IU, respectivamente. Eso sí, en Extremadura sería el PSOE quien ganara las elecciones, por apenas ocho décimas de diferencia. El PP lograría ser el partido más votado en 9 de las 13 comunidades autónomas que se pondrían en juego.

Andrés Velázquez

andres@hispanidad.com