Uno de los grandes avances de la técnica de nuestros días es la ingeniería genética.

Pero como ha dicho el Papa Juan Pablo II: «No todo lo que es técnicamente posible es moralmente aceptable. Y si el progreso humano no se encauza, se vuelve contra el hombre».

La vida humana comienza en el momento de la fusión de los dos gametos [fecundación]. El ser humano comienza en la concepción, como afirman eminentes médicos: los doctores Botella Llusiá, Lacadena, Rivera, el francés Lejeune, el italiano Ángelo Serra, etc., etc., etc.

Ángelo Serra, genetista del Instituto Gemelli de la Universidad S.C. de Roma dice que el óvulo fecundado (cigoto) «es el principio del nuevo organismo, que se encuentra al inicio de su ciclo vital. (...) Se le debe atribuir el «status» de persona, titular de plenos derechos humanos. (...) El ciclo vital de cada ser humano se inicia cuando los gametos se funden [fecundación] (...) El derecho a la vida del embrión no debe ser interrumpido»

Cada embrión mantiene su propia identidad e individualidad durante todo el desarrollo. Por tanto el embrión es desde el primer momento un individuo humano real, no un individuo humano potencial.

Es verdad que con las células madre extraídas de embriones humanos se pueden curar algunas enfermedades. Pero no es lícito matar a unos para curar a otros. Es una monstruosidad engendrar seres humanos como almacén de piezas de recambio para trasplantes, y después destruirlos.

A los que defienden la clonación de embriones humanos, yo les preguntaría:

¿Aceptaría Vd. ser almacén de piezas de recambio para trasplantes a otros a costa de su vida? No es lícito matar a unos para que vivan otros.

Es un contrasentido que el gobierno se preocupe

de la salud de los españoles prohibiendo fumar en algunos sitios y al mismo tiempo haga una ley permitiendo engendrar seres humanos para después matarlos aprovechándolos como almacén de piezas de repuesto para curar a otros.

Una madre, con su bebé en los brazos, dijo por televisión que estaba contenta de haber cedido sus embriones sobrantes para que alguien pueda curarse. ¿Por qué no dijo que estaba contenta de haber podido matar a un hijo suyo para que se cure el vecino? Porque eso es lo que hizo.

Además, las células madre para uso terapéutico se pueden obtener de los cordones umbilicales. Lo que hay que hacer es obtenerlas así, y no matando a nadie. Esta nueva ley es nefasta.

Jorge Loring, S.I.

jorgeloring@telefonica.net