El griego Theo Angelopoulos (Atenas, 1935) está considerado, en la actualidad, como uno de los grandes directores europeos.

Con Eleni inicia una trilogía que se plantea como una suma poética del s. XX. En ella se aprecia la influencia  de dos obras clásicas: Edipo Rey  y Los siete contra Tebas.

La acción de esta gran tragedia griega comienza en el año 1919, cuando algunos refugiado griegos de Odessa llegan a Salónica. Entre ellos se encuentran dos niños, Alexis y Eleni, esta última una huérfana recogida por la familia de Alexis. La vida de esta mujer le sirve al director para que el espectador  asista  a los acontecimientos políticos, y sociales, más relevantes ocurridos en Grecia en la primera mitad del pasado siglo XX. En ese relato tendrá un especial peso la música (puesto que el enamorado de Eleni es un virtuoso del acordeón) y el amor. Eleni, de hecho,  es el mito que reivindica el amor absoluto.

Theo Angelopoulos consigue hacer poesía con las imágenes plasmadas en Eleni. Sin recurrir nunca a primeros planos, y con abundancia de planos generales,  se encuentran ante una  de las películas, formalmente, más bellas de los últimos años. En cuanto a su historia, resulta emocionante a pesar de que  su  ritmo, especialmente cadencioso,  la hacen una opción indicada para estetas. Es decir, hablamos de una película dirigida a un público minoritario pero que será especialmente alabada por los críticos.